Una noticia esperada

Gabriel García Márquez escribe sus memorias desde 1989, cuando acabó El general en su laberinto. Leyó el primer capítulo en público, en Ciudad de México, el 21 de marzo de 1998, y EL PAÍS publicó un avance el día siguiente. La aparición de Vivir para contarlo era desde entonces una noticia esperada y, sobre todo, deseada por sus millones de lectores. Durante más de 10 años las ha ido redactando de forma fragmentaria, entre novela y novela. "Recojo cosas que no quiero que se olviden. Tengo miedo de que algún día no tenga tiempo para ello", declaró a este diario en septiembre de 1990. "No escribo siguiendo un orden cronológico, sino como artículos independientes. Mi estancia en Barcelona, por ejemplo, que duró siete años, recuerdos de mi infancia o el Premio Nobel", que recibió en 1982. Aparecerán, no obstante, de forma ordenada. El primer volumen, que está previsto que se publique el próximo año, se inicia con la vida de sus abuelos maternos y termina en 1955, cuando publicó su primera novela, La hojarasca.

El libro está adelantadísimo, en fase de corrección final, y la Agencia Literaria Carmen Balcells, que representa al escritor colombiano, ha recibido ofertas multimillonarias de editoriales de todo el mundo.