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La UE y Marruecos acuden enfrentados a negociar un nuevo acuerdo pesquero

Representantes de la Unión Europea (UE) y del Gobierno de Marruecos reanudarán hoy en Rabat las negociaciones para renovar el acuerdo de pesca y superar la situación de estancamiento en que se halla. Estas conversaciones se producen cuando se cumple justamente un año desde la finalización del anterior acuerdo de pesca, que obligó a paralizar la flota española que operaba en esas aguas. Desde entonces, 400 barcos españoles esperan amarrados a que las autoridades logren un pacto que les permita volver a faenar.

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Una cesión insuficiente

Con motivo de estas negociaciones, ha viajado a Rabat el secretario general de Pesca, Samuel Juárez, aunque no puede participar formalmente en las negociaciones, ya que es la Unión Europea la que interviene directamente. En medios de la Administración española se mantiene la esperanza de lograr un acuerdo aceptable, aunque sea a costa de una reducción de las posibilidades de pesca que fijaban los últimos acuerdos.El 30 de noviembre de 1999, el fin del acuerdo de pesca con Marruecos supuso para España la paralización de casi 400 barcos que se hallaban faenando en aquellas aguas, con un total de más de 4.000 tripulantes. Desde la Administración española se articularon entonces medidas de ayuda para el sector. En el caso de los armadores, las ayudas se pagan en función del volumen de cada barco, con una media de 2,7 millones de pesetas por mes. Para los marineros se mantiene hasta fin de año una ayuda de 151.000 pesetas mensuales.

España mantiene la esperanza de que se logre un acuerdo antes del próximo 31 de diciembre, si bien ya se han previsto más apoyos en caso de que siguiera la parada. Agricultura ha puesto sobre la mesa programas para buscar salidas alternativas a la pesca en las zonas afectadas, así como para la reordenación de esa flota. Rabat no hizo una primera propuesta formal a Bruselas para negociar un nuevo compromiso hasta el pasado 30 de octubre. La UE rechazó esa oferta inicial marroquí en la primera semana de este mes, sin que hasta la fecha se haya logrado un acercamiento entre las posiciones de ambas partes.

Marruecos ha cedido ligeramente en sus posiciones al asumir la renovación de un nuevo compromiso. Pero las propuestas presentadas en Bruselas son totalmente inaceptables para el sector. Entre otros puntos, Rabat propugna un acuerdo solamente por dos años, frente a los cuatro años que reclama Bruselas. También quiere mantener el cobro anual de 20.800 millones de pesetas de la UE por utilizar sus aguas y aumentar un 50% el canon pagado por los armadores. Bruselas se niega a pagar el mismo canon por pescar menos y advierte de que los armadores no pueden pagar más, dada la escasa rentabilidad del caladero. Otra de las discrepancias consiste en que Marruecos quiere reducir el número de barcos desde más de 400 unidades a 150 embarcaciones, lo que afecta fundamentalmente a las flotas de cefalopoderos y pelágicos. Bruselas acepta reducir el número de barcos, pero no de una forma traumática. Además, la Unión Europea rechaza que se aumente el número de trabajadores marroquíes en los barcos hasta integrar el 50% de las tripulaciones, tal como reclama Marruecos y se niega a que se aplique un sistema de cuotas para las capturas comunitarias, que suponen el 20% de todas las que se llevan a cabo en aguas de Marruecos y en el Sáhara. Este año, con la flota comunitaria en paro, diferentes países y grupos empesariales han seguido pescando en esas aguas al margen del agotamiento de los caladeros que argumenta Rabat.

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