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Regàs y Bonilla lamentan la falta de novelas sobre la guerra civil

Los autores presentaron tres nuevos títulos sobre la contienda

Hay pocas novelas sobre la guerra civil, y la mayor parte de ellas no resiste al paso del tiempo, porque son "como novelas del Oeste, en las que los personajes se dividen en buenos y malos". Es lo que dicen los escritores Rosa Regàs y Juan Bonilla, que participaron el lunes en una charla sobre literatura y guerra civil que sirvió para presentar tres nuevos libros editados por Debate relacionados con el conflicto.

Regàs y Bonilla también coincidieron en que es necesario que las nuevas generaciones de creadores recuperen los años de la contienda como "espacio mítico de inspiración literaria y artística". En este sentido, la escritora añadió su deseo de que "poco a poco, y por caminos distintos, se vaya recuperando el interés por un pasado que nos han escamoteado".Los dos autores participaron en la presentación de la reedición de Días de llamas, la novela de Juan Iturralde, y de los dos volúmenes de la autobiografía del escritor, periodista y combatiente británico de origen húngaro Arthur Koestler: Flecha Azul y La escritura invisible. El acto fue convocado por el foro del supermercado cultural FNAC.

Los tres nuevos títulos hablan de la contienda, pero mantienen además un vínculo curioso. Días de llamas cuenta la historia de un juez instructor que mientras aguarda en una checa a que se ejecute su sentencia a muerte se debate entre su lealtad a la República y su rechazo a los excesos revolucionarios, de los que él mismo es víctima, ya que es condenado por las mismas personas a las que defiende. Este argumento ficticio de Iturralde parece inspirado en un episodio real de la vida de Koestler, que vivió la experiencia de estar preso y condenado a muerte, una situación que aparece veladamente en su autobiografía pero que el autor narró en Diálogo con la muerte.

El libro de Juan Iturralde (seudónimo del abogado y escritor José María Pérez Prat, fallecido en Madrid el año pasado) fue definido por el director de Debate, Constantino Bértolo, como "la novela más importante sobre la guerra civil". Bértolo apoyó su afirmación en que Días de llamas aborda de una tacada el doble conflicto, civil y revolucionario, que provocó la contienda.

Precisamente fue Rosa Regàs la primera editora que confió en la novela de Iturralde. La publicó en la segunda mitad de los setenta, en La Gaya Ciencia (Ediciones B también hizo una segunda edición a finales de los ochenta). Según contó en la charla, publicar Días de llamas a comienzos de la transición fue una decisión difícil, porque la valentía del texto chocaba con el pacto de silencio sobre la guerra y la dictadura posterior que habían acordado los políticos.

Regàs se quejó además de que aquella actitud, opuesta a la recuperación de la memoria histórica, aún sigue vigente. "Aún hay muchas voces que dicen sobre la guerra: 'Esto ya está superado, no hace falta que hablemos de ello", recordó la escritora. Su teoría es que "cualquier cosa que nos devuelva el pasado es fundamental", porque "un país sin memoria histórica está condenado a cometer los mismos errores".

El gaditano Juan Bonilla insistió en la idea de que la mayor parte de los títulos que tienen la guerra civil como protagonista se encuentra entre "las novelas más ridículas de este siglo". Bonilla salvó de esta quema varios títulos que a él le han contado la intrahistoria del conflicto, y que constituyen su pequeño canon literario sobre la guerra civil: entre ellos, Homenaje a Cataluña, de George Orwell; La esperanza, de André Malraux, y Días de llamas, la novela de Juan Iturralde que Bonilla describió como "una excelente selección de detalles que consiguen susurrárnoslo todo".

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