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Pinochet asume su culpa en todo lo que "dicen que hizo el Ejército"

El general chileno elude pedir perdón por los crímenes de su dictadura

En un breve mensaje grabado en vídeo para sus partidarios, reunidos en una cena en la noche del viernes para celebrar su 85º cumpleaños, el ex dictador Augusto Pinochet aceptó su responsabilidad como ex presidente de Chile de "todos los hechos que dicen haber cometido el Ejército y las Fuerzas Armadas", matizando de inmediato que "la propaganda ha sido más sabia y más preparada para atacarnos en forma permanente".

Aunque Pinochet había asumido antes la obra de su dictadura (1973-1990), y hasta llegó a decir que en Chile no se movía una hoja sin que él lo supiera para explicar que su control era completo, nunca se había referido al asunto como lo "cometido" por los militares, incorporando tácitamente así también las violaciones a los derechos humanos. Al sostener que son los hechos que "dicen" haber cometido las Fuerzas Armadas, se refiere, también implícitamente, a las confesiones de militares que han admitido su responsabilidad en crímenes.Sus palabras, las primeras que pronuncia públicamente desde que en marzo pasado volvió a Chile después de estar detenido 503 días en Londres por petición de la justicia española, grabadas en su domicilio, fueron retransmitidas ante 1.500 partidarios suyos que le cantaron el cumpleaños feliz. En la pantalla apareció con una calculada puesta en escena: traje oscuro, sentado al lado de una mesa con una banderita chilena y un crucifijo. Explicó que la neumonía y pleuresía le impidieron asistir al festejo.

Refiriéndose a su viaje a Londres en 1998, dijo que viajó "para ver cómo estaban los avances del cohete Rayo" y que entonces fue "sorprendido por un grupo policial enviado por el señor Garzón, que pedía mi detención en Inglaterra para extraditarme después a España". Aunque no quiso dar detalles de su arresto mientras estaba hospitalizado en Londres, admitió que, "al fin, señores, fue en forma bastante desagradable, pero tuve la dignidad de decir que yo no cumplía ni aceptaba la justicia inglesa porque tenía un país que tenía tan buena justicia como ellos".

Con un lenguaje de autoconmiseración no habitual en él, Pinochet relató que estuvo "503 días en situación de preso, con centinelas a la vista; sufrí padecimientos, penas y, al fin, señores, mucha, mucha pena en mi corazón. Cuando terminé mi cautiverio regresé a este país que tanto quiero".

Aunque calculadas por sus asesores en comunicación, las palabras de Pinochet no llegaron hasta el punto que esperan todos sus adversarios políticos, e incluso algunos de sus partidarios: más que un reconocimiento de crímenes políticos sobre los que muy pocos dudan de quién provino la autoría intelectual, una petición de perdón a la sociedad chilena. La celebración el viernes del cumpleaños del ex dictador coincidió con la ceremonia, a la que asistieron representantes de todos los poderes del Estado, en que la Iglesia católica chilena pidió perdón por su silencio ante las violaciones de los derechos humanos.

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