Una desinversión positiva JOSEP MARIA ROQUETA
El anuncio de fusión ha convulsionado al sistema eléctrico con una mayoría de críticas centradas en la concentración de poder. Pero también puede interpretarse como una desinversión que provocará una mayor competitividad si se cumple la legislación. Ésta limita a un 40% el control de la producción por parte de la mayor empresa. Endesa ya supera esta cifra por sí sola y, a efectos de poder productivo, es como si Iberdrola desapareciera del mercado, pudiendo dar entrada a otros actores.Las razones de este abandono del mercado habrá que analizarlas en términos económicos y del mal funcionamiento del sistema eléctrico español. Pero, ¿cómo es posible que la mayoría de los consumidores industriales paguen la electricidad a precios menores al establecido en el pool eléctrico por estas compañías? Si las ofertas son reales, se desprende que los productores pierden dinero y, por tanto, no hay negocio, siendo mejor desinvertir, enajenar activos y recapitalizarse.
Endesa e Iberdrola llevan 15 años sin invertir en centrales y su parque es ineficiente. Asimismo, pronto estas centrales se verán sometidas a leyes anticontaminación que las harán todavía menos rentables. Si esta desinversión implica la modernización del parque eléctrico, debemos apoyarla, y si refuerza la posición de Endrola en otros mercados, también. Además, felicitaremos a sus directivos si ello facilita la entrada de nuevos operadores que activen la incipiente liberalización del mercado eléctrico español, de manera que el espacio abierto por la fusión sea aprovechado por empresas que, como Gas Natural, tienen una intención decidida de intervenir en el mercado eléctrico.
La futura producción eléctrica se basará en el gas natural, pero al ser un combustible limpio pero caro, deberá utilizarse en centrales de alta eficiencia, como las de ciclo combinado y las de cogeneración. Por el contrario, no será posible su utilización en el actual parque eléctrico español. Paradójicamente, los cogeneradores disponen de las únicas centrales preparadas para este futuro, pero son los únicos que sufren la crisis petrolera.
El sistema eléctrico español está transformando su estructura productiva, y toda anticipación debe ser bien recibida y aprovechada por todos. Pero, para ello, el Gobierno deberá adaptar la legislación a un futuro condicionado, muy probablemente, por elevados precios del gas y tecnologías altamente eficientes.
Josep M. Roqueta es secretario general de la Asociación Catalana de Cogeneradores.
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