Fujimori se queda en Japón mientras el Parlamento estudia su destitución
Perú recupera poco a poco su pulso democrático, mientras que su presidente, Alberto Fujimori, prosigue con su enigmático viaje por Japón. El congresista opositor Valentín Paniagua, elegido nuevo presidente del Congreso en la tarde del jueves (madrugada de ayer en España), presentó el mismo día de su investidura un proyecto de ley para restituir de inmediato en sus cargos a los tres magistrados del Tribunal Constitucional defenestrados en 1997 por votar en contra de la legalidad de un tercer mandato presidencial.
El cambio en la titularidad de la presidencia del Congreso peruano, uno de los poderes del Estado sometidos históricamente al dictado de Fujimori, es más que simbólico: demuestra un cambio real en el clima político. La dirección del Congreso ha recaído en Valentín Paniagua, con una larga trayectoria en Perú, constitucionalista y opositor al régimen fujimorista. Paniagua fue ministro durante los dos Gobiernos de Fernando Belaúnde (entre 1965 y 1968 y entre 1980 y 1985).La creación de un nuevo grupo parlamentario de independientes, tránsfugas en su mayoría de la bancada oficial, ha desequilibrado la correlación de fuerzas en el legislativo. En menos de 72 horas, el sector oficialista ha sufrido dos importantes derrotas: primero fue la defenestración de la jefa del Congreso, Martha Hildebrant (una de las personas de confianza de Fujimori), y después, la elección en su lugar de Paniagua, por 64 votos a favor, frente a los 51 del fujimorista Ricardo Marcenaro.
"El Congreso no debe ser la excepción para la recuperación ética y el saneamiento institucional del país", aseguró Paniagua en su toma de posesión. El acto fue especialmente emotivo, pues la oposición aplaudió y coreó alguna de las consignas que hacen fortuna en las calles de Lima. "Y va a caer, y va a caer, la dictadura va a caer", cantaban los diputados.
Debate de la destitución
La primera cuestión a debate tras la elección de Paniagua fue la posibilidad de declarar vacante la presidencia del país, adelantando en varios meses la salida prevista de Fujimori. Paniagua frenó los entusiasmos y aseguró que se trataba de un paso no previsto aún por la Junta de Portavoces del Parlamento, opinión que coincide con el grupo de los independientes. El nuevo presidente del Congreso precisó que la destitución es una medida excepcional que esa misma institución podría adoptar en cuanto se den las condiciones adecuadas y se hallen los elementos de juicio para declarar la vacante.Una de las causas establecidas en la Constitución para decretar la vacante en la jefatura del Estado es la incapacidad moral de su titular. Pero no está claro aún el procedimiento. Algunos juristas sostienen que sería necesaria una mayoría simple; es decir, 61 votos. Otros aseguran que se requiere mayoría especial; es decir, más de dos tercios, 81 votos.
En todo caso, ya ha sido presentada una solicitud de vacante. El congresista Jorge Chávez Sibina opina que existen suficientes elementos para sustentar el pedido. La moción se encuentra a la espera de dictamen en la comisión de constitución.
El misterioso viaje del presidente
El apasionado debate político que está viviendo estos días Perú se desarrolla en ausencia del presidente, Alberto Fujimori, quien se encuentra de viaje por Japón, el país de sus ancestros.
Todo lo que rodea a esta gira presidencial es misterioso. Ni se conoce el motivo de su presencia en aquel país ni la fecha exacta de su regreso a Perú. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que Fujimori ha suspendido su participación en la X Cumbre Presidencial Iberoamericana, que se celebra a partir de hoy en Panamá, y que piensa quedarse "unos días más" en Japón, según declaró el propio Fujimori.
Un viaje asiático estuvo rodeado desde su inicio en una nube de secretismo. Fujimori salió de Lima el lunes, sin periodistas y sin que se conociera su destino. Llegó hasta San Francisco, en Estados Unidos, donde dejó el avión presidencial y tomó un vuelo comercial para ir a Brunei y participar allí en la VIII Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico. Fujimori no se quedó a la clausura y voló hacia Singapur, mientras que en Perú circulaban rumores de que Fujimori estaría pidiendo asilo político en Malaisia, noticia que fue desmentida de inmediato por el entorno presidencial.
Finalmente, Fujimori terminó en Tokio, donde las autoridades desconocían las razones oficiales del viaje presidencial. Allí se encuentra con su hermana Rosa y su cuñado, Víctor Aritomi, embajador de Perú en Japón, decidiendo al parecer la estrategia para salir airoso de la grave crisis que afronta el pueblo peruano.
Los analistas peruanos consideran que el presidente podría estar tomándose su tiempo para comprobar, desde un lugar seguro, la evolución de la crisis desatada por su antiguo número dos, Vladimiro Montesinos, ex jefe del poderoso servicio de espionaje nacional.
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