Un traductor escamotea las referencias de Clinton a la libertad en su principal discurso en Vietnam
El presidente estadounidense evita pedir perdón por la guerra en su intervención por televisión
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, disfrutó ayer de un honor con escasos precedentes: las autoridades vietnamitas le permitieron pronunciar un discurso en inglés televisado a todo el país. Clinton habló de la necesidad de cicatrizar las heridas del pasado y de la importancia de mirar al futuro. Sólo hubo un fallo: cuando el presidente estadounidense ponderaba los derechos humanos, el traductor simultáneo alteró el contenido de las frases.
En ese discurso presidencial, pronunciado en la Universidad Nacional de Hanoi ante cientos de estudiantes, Clinton pidió a las autoridades comunistas de Vietnam una mejora en el respeto de los derechos humanos, la apertura del actual sistema político y la liberación de su economía."Según nuestra experiencia, garantizar la libertad religiosa y el derecho a la disidencia política no afecta a la estabilidad de la sociedad; al contrario, fortalece la confianza del pueblo en las instituciones", aseguró Clinton en su versión inglesa. El traductor de la televisión vietnamita transformó este párrafo en una sentencia ininteligible: "De acuerdo con nuestra experiencia, el asunto de permitir el trabajo [pausa] no afecta al régimen pero mejora nuestro régimen..."
Otras citas similares relacionadas con los derechos humanos o las libertades sufrieron una suerte similar. Algunos de los vietnamitas, que siguieron el discurso de Clinton, reconocieron que muchos de sus pasajes les resultaron incomprensibles. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE UU, P. J. Crowley, aseguró, en un intento por restar importancia al incidente, que el traductor había sido seleccionado por los estadounidenses: "No había un intento deliberado de distorsionar el discurso", dijo.
Clinton se convirtió ayer en el primer jefe de Estado extranjero en pronunciar un discurso televisado a toda la nación. En su alocución, Clinton efectuó un reconocimiento expreso al enorme sufrimiento del pueblo vietnamita durante la guerra que enfrentó al Norte con un Sur apoyado por Estados Unidos, pero evitó perdir perdón por el papel jugado por su país en la contienda.
"El nuevo capítulo en la historia" mutua, como calificó ayer Clinton su visita, se abre 25 años después del final de una guerra que costó cientos de miles de vidas, entre ellas las de 58.000 soldados estadounidenses. Clinton es el primer presidente de EE UU que pisa tierra vietnamita tras el final de aquella guerra.
La población acogió con cariño el tono y contenido del discurso. "Es positivo para las nuevas generaciones, sobre todo para las más jóvenes", aseguró Nhuyen Thinh, un ejecutivo de 57 años. Las apariciones públicas de Clinton fueron seguidas con entusiasmo y curiosidad. El presidente se vio obligado a estrechar manos, como si se tratara de un acto electoral en Estados Unidos.
Miles de desaparecidos
Bill Clinton visitará hoy el lugar donde un grupo de trabajadores, dirigidos por una antropóloga estadounidense, rastrea el terreno en busca de los restos de un piloto norteamericano desaparecido en combate. Es uno de los 1.498 que aún permanecen sin localizar 25 años después de la guerra. En un gesto de buena voluntad, Clinton ha ordenado la entrega a las autoridades vietnamitas de 350.000 documentos de su Gobierno para ayudarles en la búsqueda de sus propios desaparecidos, unos 300.000.
Pese al acercamiento provocado por esta visita, permanece entre los desacuerdos el asunto del llamado agente naranja.
Vietnam quiere que EE UU reconozca que ese producto, empleado como defoliante para impedir que los norvietnamitas y las guerrillas del Vietcong se camuflaran en la selva, ha causado graves daños a la población vietnamita.
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