El crecimiento económico se reducirá al 3,4% en 2001, según Caixa de Catalunya
La economía catalana crecerá un 3,4% el próximo año, frente al 4% previsto para 2000, según el informe de otoño presentado ayer por Caixa de Catalunya. El elevado nivel de inflación y la desaceleración de la industria y los servicios son las principales causas que motivarán la disminución del crecimiento. Estas cifras contrastan con el crecimiento del 3,8% previsto por el Gobierno de la Generalitat para 2001. Según el informe de la segunda entidad financiera catalana, la industria crecerá el próximo año un 3,9%, frente al 4,4% previsto para 2000. La construcción crecerá un 3,4%, mientras que el sector servicios tendrá un aumento del 5,6%, lo que supone una disminución del crecimiento del 0,6% y del 0,4%, respectivamente.
Estos datos vienen a confirmar el suave ajuste de la economía catalana desde el máximo crecimiento del PIB alcanzado en 1998 (un 4,4%) hasta los porcentajes del 4% y el 3,4% previstos para este año y el próximo, respectivamente,
Según Caixa de Catalunya, la situación de la industria catalana será menos expansiva, con un crecimiento estimado del 4,2% en el segundo semestre de 2000 y del 3,9% para el conjunto de 2001.
El debilitamiento de la demanda de la vivienda ralentizará el crecimiento del sector de la construcción, que en 2001 se situará en el 5,6% -según el informe-, frente al 11,7% de 1999 y el 6% de 2000.
El enfriamiento de la economía en el sector servicios -que actualmente representa el 60% del PIB total- será el que más afectará al conjunto de la actividad. El informe de la entidad financiera prevé, en este sentido, un crecimiento del sector del 3,1% para el próximo año, frente al 3,5% estimado para 2000.
Según explicó el responsable de estudios económicos de Caixa de Catalunya, Josep Oliver, "se ha producido un efecto de saturación del mercado, tanto en el automóvil como en la creación de nuevas viviendas y la adquisición de bienes de consumo domésticos". Oliver señaló que en los últimos cinco años se matricularon en Cataluña la mitad de los coches existentes en 1994. "Por tanto, se ha producido una lógica saturación del mercado", concluyó Oliver.
En cualquier caso, a juicio de Oliver, la desaceleración no supone el final del actual periodo de crecimiento, "sino que se trata de una pausa que debe ser el preludio de una nueva etapa de expansión, que debería empezar a mostrarse a partir de 2001".Josep Oliver apuntó que la entrada en circulación del euro el 1 de enero de 2002 representará un impulso para la economía de los países de la UE, a los que Cataluña destina el 65% de sus exportaciones.
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