El CSIC asegura que algunos alimentos superan el nivel de dioxinas recomendado

El estudio realizado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) sobre el nivel de dioxinas en los alimentos indica que en algunos de los analizados es superior al recomendado. Este mismo estudio fue esgrimido recientemente por el consejero de Sanidad, Eduard Rius, en el Parlament para afirmar que no existen motivos de alarma. Pero un análisis más pormenorizado del informe ha llevado a la diputada socialista Carme Valls a contradecir la valoración del consejero. Valls presentará una moción para exigir al Gobierno de la Generalitat un plan de control de las dioxinas.

Plan de choque

El debate sobre la contaminación por dioxinas en los alimentos fue llevado al pleno del Parlament el martes por la diputada Carme Valls, que cuestionó las tareas de vigilancia y control de estas sustancias cancerígenas que desempeña la Generalitat. Eduard Rius, basándose en los resultados del estudio del CSIC realizado el año pasado en Cataluña, aseguró que el nivel de dioxinas en los alimentos es inferior a los límites que propone la Unión Europea. Según la diputada socialista, del estudio del organismo científico se desprende que diversas muestras de los alimentos analizados, en este caso mejillones, se sitúan en valores de 3,5 a 5,5 picogramos de dioxinas por gramo y superan, por lo tanto, los límites de 2 y 3 picogramos por gramo que propone la UE. También los niveles de muestras de pollo superan estos valores. Además, un 12% del total de las 70 muestras recogidas por el CSIC supera el valor de un picogramo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó en 1998. De acuerdo con la versión de Carme Valls, algunos países, entre ellos Alemania, Finlandia y Suecia, se adaptan a esta tendencia mediante planes de control específicos.

Sin embargo, las cifras del estudio realizado en Cataluña, insiste la diputada socialista, ponen en evidencia que la alimentación es la principal fuente de exposición a las dioxinas y que los niveles en Cataluña son superiores a los adecuados. En consecuencia, en la moción que presentará, Valls instará al Gobierno de la Generalitat a que elabore antes de un mes un plan para disminuir la exposición de los seres humanos a las dioxinas. La diputada solicita que dicho plan se base en la vigilancia de la cadena alimentaria, desde el origen del producto hasta que llega al consumo humano, y que se centre también en la búsqueda de fuentes y reservas de dioxinas que no están identificadas. "En Cataluña no se está desarrollando ningún plan. Las afirmaciones del consejero de Sanidad no se refieren a una cantidad suficiente de muestras ni especifican el origen real de las mismas. No es lo mismo analizar carne sacada de un supermercado que carne cruda de un animal recién sacrificado o carne manipulada", añade Carme Valls. La moción exige también la elaboración de un informe anual que recoja análisis de muestras de leche, carne, pollo, mantequilla, agua y aceites refritos, así como un control anual de la tasa media de dioxinas de la población a partir de muestras de análisis de sangre que, para ser representativas, deben abarcar a paersonas de entre 10 y 80 años.