Una pulmonía atípica ANDREU SEGURA
El interés suscitado por los casos de legionelosis diagnosticados hasta el momento en 33 personas del barrio de la Barceloneta merece algunas precisiones con el propósito de no provocar confusiones ni alarma infundada. La verdad es que cualquier persona razonable se alarma si el día 13 se le dice que han detectado cinco casos, al día siguiente que ya son 17 y al otro que son 23 los afectados.Lo primero que uno piensa es que se trata de un brote epidémico que crece a gran velocidad. Sin embargo, y por fortuna, la realidad es otra: las fechas de comunicación al público del número de casos corresponden a los resultados positivos de los análisis, no a las del comienzo de la enfermedad. Por lo que sé, los médicos del hospital del Mar encontraron el primer caso de pulmonía por Legionella el día 7 de noviembre en un paciente que había ingresado el día anterior y al que, debido a la evolución de la enfermedad, hubo que atender en la unidad de cuidados intensivos.
La investigación se amplió a otros enfermos de la unidad y se encontraron cinco resultados positivos. En esta situación, se decidió analizar otros enfermos con pulmonía ingresados en el hospital. Aquellos casos de los que se desconocía el microbio causal y cuyas manifestaciones clínicas eran compatibles con la infección por Legionella. Estos exámenes se llevaron a cabo el día 14 y dieron como resultado 12 nuevos casos que habían ingresado entre los días 8 y 13. Ayer, día 15, se practicaron otros tantos análisis, que también han permitido detectar 15 nuevos casos, que corresponden a pacientes ingresados entre el día 4 y el mismo 15.
Aunque hasta ahora todos los casos corresponden a residentes, sus domicilios se distribuyen por todo el barrio, de manera que no se ha localizado una zona particularmente sospechosa. El microbio causal de esta pulmonía sólo se transmite mediante inhalación de agua contaminada en aerosol. Ni el contacto personal ni la ingestión de agua son mecanismos de contagio.
Los focos de infección más habituales son los sistemas de aire acondicionado o de calefacción y, en general, los dispositivos que vaporizan el agua. Está en curso una investigación de los dispositivos que se han detectado en el barrio y dentro de unos días sabremos si se ha encontrado el microbio en alguno de ellos.
La pulmonía por Legionella es una enfermedad que se descubrió en 1976, pero existía al menos desde 1947. Desde entonces se han identificado casos de esta enfermedad en América, Australia, África y Europa. Según datos de los centros de control de enfermedades de Estados Unidos, en ese país se estima que se producen entre 8.000 y 18.000 casos anuales, la mayoría de los cuales son esporádicos, pero entre un 10% y un 20% corresponden a brotes epidémicos.
Las manifestaciones clínicas de esta pulmonía no son tan típicas como las de la pulmonía producida por el neumococo, que es la más frecuente. Acostumbran a comenzar con dolores musculares y de cabeza y malestar, y a las pocas horas aparece la fiebre, que puede ser bastante alta (de 39 a 50,5 grados) acompañada de escalofríos, tos seca, dolores abdominales y, en ocasiones, diarrea. Como en todas las pulmonías, se confirma el diagnóstico mediante una radiografía de tórax, y cuando es necesario se investiga la causa mediante análisis microbiológicos y serológicos.
No todas las personas son igualmente susceptibles a la infección. En algunos de los pocos estudios serológicos que se han llevado a cabo entre la población se encuentran hasta un 20% de positivos, es decir, personas que han entrado en contacto con el microbio sin haber enfermado. Las tasas de ataque, o sea, la proporción de afectados entre los expuestos a la contaminación, oscilan entre el 0,1% y el 5%.
En general, la mayoría de los enfermos son personas mayores de 50 años que padecen enfermedades crónicas o disminución de las defensas, y es más frecuente que afecte a grandes fumadores. Entre los 33 afectados, sólo 5 tienen menos de 60 años; 9, entre 60 y 69; 11, entre 70 y 79; 5, entre 80 y 89, y 3, más de 90. Aunque en muchos casos la evolución clínica es favorable, sobre todo si se trata adecuadamente, la letalidad -la proporción de personas que fallecen- cuando se producen brotes comunitarios puede superar el 5%. Lo cual se explica precisamente porque muchos de los pacientes tienen otros problemas de salud.
No se puede descartar que durante los próximos días se sigan produciendo casos, pero como la respuesta sanitaria inicial ha sido pertinente, es de esperar que, una vez alertados, los dispositivos de salud pública y de asistencia sanitaria sigan actuando adecuadamente. Para conseguirlo, será de gran ayuda que la población resuelva sus dudas y sus inquietudes sin acudir al hospital innecesariamente. El personal del centro de atención primaria de la Barceloneta atiende cualquier demanda informativa de los habitantes del barrio.
Andreu Segura es médico epidemiólogo y profesor de Salud Pública de la Unversidad de Barcelona. Actualmente colabora con el CAP Barceloneta.
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