Moma Teatre lleva al teatro la herencia de culpa del pasado nazi

Un documental

La herencia de la culpa es la base sobre la que el grupo valenciano Moma Teatre y los directores y dramaturgos Joaquim Candeias y Carles Alfaro han puesto en pie Nacidos culpables, montaje que mañana se estrena en el Teatro de la Abadía, de Madrid, dentro del Festival de Otoño. Un espectáculo que puede ser considerado como tal, pero que también podría catalogarse de documental escénico, algo casi insólito en el mundo del teatro. Nacidos culpables está basado en una recopilación de entrevistas reales realizadas por el austriaco Peter Sichrovsky a hijos y nietos descendientes de nazis."No lo hemos llevado al terreno histórico; después de aquella barbarie han surgido fenómenos que se parecen mucho y para poder contestar queríamos situar el espectáculo en el terreno más personal", dicen Alfaro y Candeias, que afirman que son personajes que se sienten señalados, como ovejas negras: "En realidad son héroes, porque se enfrentan a su situación y tratan de salir de un agujero negro con reacciones muy diferentes".

Los directores tienen claro que no han intentado hacer teatro político: "Sí un documental, lo cual plantea una manera de trabajar diferente y alejarse de cualquier efectismo", dice Alfaro. El montaje incorpora elementos audiovisuales, los actores están de espaldas al público, frente a un cámara que se mueve sobre un travelling y que cuando enfoca a un personaje su soliloquio aparece proyectado en una pantalla."El espejo más demoledor al que uno se puede enfrentar es una cámara que te observa y desentraña como si fuera un microscopio del alma", señala Alfaro, quien destaca que en el montaje, como ocurrió en la realidad, el entrevistador está ausente y cada personaje habla solo. Once personajes, interpretados por otros tantos actores que reproducen las entrevistas que en 1987 realizó Sichrovsky, por aquel entonces claro antifascista y hoy diputado por el partido de Haider.

"No ha habido ningún intento de hacer un remedo literario con los textos, hubiera sido pretencioso; tampoco queremos que sea un espectáculo, aunque esté lleno de teatro; sólo comunicamos lo que aquellos seres han necesitado contar", afirman sus directores. En el montaje, éstos han huido conscientemente de dar una solución al conflicto que se plantea: "Estamos cansados de didactismo; no es un tema de buenos y malos", y añaden, "todo es tan contradictorio como el propio ser humano; además, hablamos de un marco intercambiable, ya que, a menor escala y con menos trascendencia, podemos encontrar situaciones similares en muchos lugares".

Para Alfaro y Candeias, las víctimas, por algo que es intrínseco al género humano, se pueden convertir en verdugos: "Nosotros hablamos de que lo que queda son las consecuencias que sufren las personas que tratan de curarse las heridas tras estas barbaries".