El informe de gestión de CDC pasa de puntillas sobre la alianza con el PP

El secretario general saliente de Convergència Democràtica, Pere Esteve, quiso ayer en regalar los oídos a los casi 2.000 delegados que asisten este fin de semana al congreso del partido. El informe de gestión que leyó acentuaba los éxitos, pero también reconocer los errores de los últimos cuatro años. Y ni a la ejecutiva ni a la militancia les apetecía recordar el coqueteo político que Convergència mantiene con el PP. Así que Pere Esteve pasó de puntillas sobre el asunto y los delegados le premiaron con el 95% de los votos a favor de su gestión y con una ovación de más de dos minutos.

En las últimas dos semanas, Esteve inició una cruzada para convencer a todo el sector crítico. El hecho de que no volviera a repetir en el cargo y el discurso de Jordi Pujol el día anterior, apremiando a la unidad del partido, también le salvaron de un voto de castigo que de otra forma hubiera sido seguro. No pasaron inadvertidas notables ausencias en la votación como la de los históricos consejeros Macià Alavedra, Joan Maria Pujals, Antoni Comas y Joan Hortalà.Esteve eludió referirse en el informe a la colaboración parlamentaria entre CiU y el Partido Popular tanto en el Congreso como en el Parlamento catalán. Sobre los acuerdos con el Gobierno central, ciñó los réditos al campo estrictamente económico y de Estado de bienestar, y en cuanto a Cataluña destacó el consenso parlamentario en la aprobación de numerosas leyes. Esteve admitió también que las urnas han castigado a CDC en más de 200.000 votos por sus continuas discrepancias con sus socios democristianos de Unió.

Declaración de Barcelona

Pero sobre todo Pere Esteve se explayó en destacar las cualidades de uno de sus testamentos políticos, la Declaración de Barcelona, y de paso regañó y atacó a los detractores dentro de su propio partido, que sostienen que esta plataforma, por su connivencia con el PNV, aleja a Convergència de su posición central en la política catalana. "Un proyecto con vocación de centralidad no puede ponerse en duda por aquello que es su núcleo, su razón de ser. Un proyecto nacionalista se puede cuestionar por si es muy de derechas o de izquierdas, por si es moderno o no, pero no por su nacionalismo, porque éste tan sólo puede ser inequívoco", subrayó. Asimismo, señaló que la Declaración de Barcelona no sólo gusta a la militancia, sino también al electorado.

El secretario general saliente se encargó de no dejarse nombres en el tintero, de citar a todas las personas y grupos de Convergència que le han ayudado en estos cuatro años. Destacó la colaboración mantenida con Felip Puig, consejero de Medio Ambiente y ex secretario de organización del partido. La referencia a este peso pesado del partido recibió una larga y premonitoria ovación de todos los delegados. No en vano Puig es un hombre llamado a grandes cometidos políticos.

Al final, la militancia fue cordial y respetuosa con un emocionado Pere Esteve que cedía el testigo de la secretaría general a Artur Mas. Los resultados no pudieron ser más elocuentes: 1.581 votos a favor; 18 en contra y 63 en blanco.