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Un proyecto aumenta un 30% la producción del cultivo intensivo

Radiación solar

Una investigación impulsada por la Caja Rural de Granada ha logrado aumentar hasta un 30% la producción de los cultivos intensivos en los invernaderos en los meses de otoño e invierno, en los que se reduce sensiblemente la radiación solar. El proyecto, que se investiga desde hace tres años en la finca experimental de la Caja Rural de Granada, La Nacla, en Motril, ha conseguido obtener estos resultados en invernaderos con pendiente en la cubierta de 27 grados, según informaron en la entidad granadina.La importancia de la investigación, que incide en la pendiente de la cubierta y en una ventilación adecuada, consiste en que permite aumentar la producción y la calidad en una época en la que los productos obtienen los mejores precios en los mercados, con técnicas muy simples y de bajo coste.

La Caja Rural de Granada ha renovado un convenio con la Universidad de Granada y el Centro de Investigación y Formación Agraria de la Consejería de Agricultura para garantizar la continuidad del proyecto. La investigación trata de obtener el máximo aprovechamiento de la radiación solar en los invernaderos del litoral granadino y almeriense durante los meses de otoño e invierno, en los que resulta deficitaria, y mejorar la ventilación de las instalaciones para incrementar su rentabilidad, según informó la entidad granadina.

Los resultados obtenidos durante los tres últimos años demuestran que se puede conseguir un aumento de la producción de hasta el 30% en invernaderos con pendiente en la cubierta de 27 grados, una inclinación del techo, que permite a las plantas aprovechar mejor la radiación solar durante los meses en los que es más reducida.La pendiente de la cubierta facilita, además, la evacuación del agua de lluvia y evita los defectos de la condenación de agua provocada por la podredumbre de las hortalizas y la proliferación de hongos. La investigación también incide en la ventilación del invernadero, un aspecto fundamental en la producción bajo techo, al igual que en la humedad y en la composición de la atmósfera interior del mismo.

Para conseguir más ventilación y mayores tasas de renovación del aire, es conveniente aumentar la superficie de ventanas; pero, a la vez, es necesario aislar los cultivos para evitar la entrada de plagas, por lo que resulta imprescindible colocar mallas muy densas que reducen la ventilación. Para resolver esta contradicción, los investigadores del proyecto aconsejan colocar una malla interior normal de seis u ocho hilos y otra exterior más densa, de 12 a 15 hilos, que debe permanecer cerrada durante los meses con más riesgo de plagas o insectos dañinos, que suelen producirse de abril a octubre.

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