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El Gobierno ultima un estudio que identifica las deficiencias medioambientales en Euskadi

El Gobierno ultima la elaboración de un diagnóstico sobre la situación medioambiental del País Vasco que permita conocer las deficiencias y la eficacia de las medidas tomadas en los últimos quince años. El Departamento de Medio Ambiente quiere presentar el próximo verano las directrices de actuación en esta materia, que establecerán las acciones prioritarias para los próximos 12 años. El consejero de Medio Ambiente, Patxi Ormazabal, admitió ayer que el principal problema existente es este ámbito es la falta de coordinación institucional.

Ormazabal presentó ayer en Bilbao las líneas generales del programa marco ambiental, al que calificó de "hito en el Gobierno vasco, porque será una nueva política ambiental que definirá las estrategias a corto y medio plazo". "Se trata de evitar la fragmentación actual y apostar por una actuación coordinada", agregó. Esta iniciativa, contemplada en la ley vasca de Medio Ambiente aprobada hace dos años, pretende realizar un estudio detallado sobre la situación ambiental en Euskadi y, con los datos existentes, determinar las actuaciones prioritarias. En este proceso, el Ejecutivo quiere contar con la participación de la ciudadanía "como elemento clave" de la nueva política ambiental.Ormazabal dijo que la diagnosis ya se está concluyendo y vaticinó que el próximo verano su departamento presentará las prioridades de actuación ambiental hasta 2012 consensuadas con los participantes en este programa. La viceconsejera de Medio Ambiente, Esther Larrañaga, reveló que se ha formado un grupo con 20 expertos que se encargarán de aportar su visión sobre la situación medioambiental para que en última instancia el Gobierno valore y jerarquice las actuaciones. A éste se añadirán otros grupos de expertos en distintas materias, "encargados del análisis, debate y realización de propuestas estratégicas, medidas y actuaciones para el desarrollo de cada una de las áreas temáticas seleccionadas".

Aunque la ley de Medio Ambiente establece la elaboración de un programa ambiental cada cuatro años, Larrañaga justificó la necesidad de abarcar un periodo más largo, de 12 años, para que exista una mayor coincidencia con los ciclos económicos. "Lo que se hará es una revisión cuatrianual que permitirá el cumplimiento de lo que establece la ley", explicó la viceconsejera.

Patxi Ormazabal admitió que para su departamento el mayor problema actual es la descoordinación entre las instituciones. "Hay que incidir en ello. Es necesario que el medio ambiente se vea en todas las políticas sectoriales", dijo.

Insuficiente información

En el amplio documento elaborado por Medio Ambiente, se hace referencia a esta cuestión entre las deficiencias actuales, además de a la existencia de "un entramado administrativo complejo", el escaso desarrollo "a nivel local de las normativas comunitarias", una insuficiente información y participación social y la falta de cualquier seguimiento "según un modelo causal de las actuaciones concretas". El Ejecutivo considera que, con la actual política ambiental, no se solventan los problemas a medio y largo plazo, existen "despilfarros por la descoordinación en recursos, actuaciones y planes enfocados parcialmente", predomina la actuación "desde la imposición y no desde la responsabilidad" y no se tienen en cuenta los nuevos focos de contaminación ambiental, como el ruido o la presión urbana.En cambio, Medio Ambiente destaca la "tradición en mejora ambiental" lograda, el poder competencial del Gobierno en el ámbito local o la "convergencia en las actuaciones públicas y privadas".

La viceconsejera Esther Larrañaga reveló que, para conocer las necesidades de la ciudadanía, el programa incluye un estudio con 10 grupos de los tres territorios y una encuesta a 2.000 personas "con una hora de duración en cada caso, por lo que es de agradecer su colaboración". Larrañaga ofreció los primeros datos de este sondeo, en el que se reconoce la importancia del medio ambiente para la vida, pero la escasa disposición a realizar grandes renuncias. "No es lo suficientemente importante para los encuestados como para alterar o rechazar ciertas características de nuestra vida actual", señaló.

De esta manera, los vascos estarían dispuestos a no usar aerosoles que resulten nocivos para el medio ambiente o mantener las calles limpias pero no a reducir el uso del automóvil.

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