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Palma cede su principal centro de arte para que exponga la marca Lladró

La próxima muestra en la sede pública Casal Solleric está dedicada a Ágatha Ruiz de la Prada

Las comerciales y populares figuritas de porcelana de Lladró, tan frecuentes en el intercambio de regalos clásicos en los años setenta y en la decoración tipo de miles hogares de todo el mundo, se exponen con la consideración de obras de arte en el centro Casal Solleric, de Palma de Mallorca. El área de Cultura del Ayuntamiento de Palma, con mayoría absoluta del PP, ha cedido a la potente empresa industrial valenciana el principal centro público de Mallorca, dedicado hasta ahora a muestras de arte moderno y contemporáneo.

Ambiente de lujo

Donde deslumbraron las creaciones de Joan Miró, Robert Motherwell, Esteban Vicente, Kandisky, Malevitch, Susana Solano o Pablo Gargallo, reinan desde ayer las repetidas piezas brillantes y coloristas de manufactura industrial, asimilables a los que se denominaba un prototipo kischt. Una de las próximas presentaciones que el equipo cultural del PP de Palma de Mallorca ha programado para el centro público Solleric es un montaje de las ocurrencias de la modista Ágatha Ruiz de la Prada, que fue vetada por razones artísticas e intelectuales por los herederos de Miró para exponer en la Fundación Miró.

El singular evento social cultural de las figuritas de Lladró, ampliamente publicitado -como no ocurre con otras presentaciones institucionales -, se titula El arte de la porcelana. La obra de Lladró, en Mallorca, y en el folleto tríptico que se reparte en la muestra con los escudos del Ayuntamiento y del Casal Solleric se reseña: "La obra de Lladró es extraordinariamente variada y ofrece infinitas posibilidades para la decoración y el regalo".

Vicente Lladró, uno de los propietarios de la firma, que confiesa unas ventas de 28.000 millones al año, reclamó la tradición y creatividad artístisca de "las maternidades con cariño, las alegrías, la paz y las músicas de las composiciones". Lladró dijo, por otra parte, que han encargado al célebre y vanguardista ingeniero Santiago Calatrava un anteproyecto de gran museo, a levantar ante sus cuatro fábricas de Valencia. A su vez, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Palma, la conservadora de arte Carmen Feliu, aseguró que "la muestra no cuesta nada a la ciudad. Lladró ha asumido el ciento de los gastos". La empresa ha colocado a sus azafatas uniformadas y también ha diseñado los decorados de tienda para las salas del Solleric. Anoche se ofreció un concierto de música de cámara en el Centro Casal, en un ambiente de lujo.

Un portavoz de la industria fijó entre 15 y 25 millones el dispendio que supone exponer durante dieciséis días su colección en Palma. La mayor parte de las piezas están ubicadas en vitrinas o en pedestales giratorios y tienen, junto al logotipo de marca, el número de referencia de su catálogo comercial, al estilo de la disposición que se da en los puestos de venta. En el Casal no se venderán los productos expuestos, pero simultáneamente se podrán hallar en las tiendas del sector. "Valen entre siete mil y tres millones de pesetas. Pero nuestro objetivo no es vender", aseguró Lladró.

Las salas más importantes del antiguo palacio Solleric han sido transformadas en una gran decorado, parecido a una sala comercial, pespunteada de grandes carteles, donde se han dispuesto las 250 piezas: dominan los clásicos cisnes, niñas modositas y damas de jardín, corceles briosos y cervatillos saltarines.

Carmen Feliu supone un interés "del numeroso público que asistirá" y señala que las manufacturas industriales de las fábricas de Lladró "son apreciadas como objetos de arte", "nacidas de la creatividad del artista" y que son "el máximo exponente de la porcelana de arte".

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