Los pescadores afrontan un futuro varado
La propuesta marroquí dejaría en tierra a más de la mitad de la flota andaluza que faena en sus aguas
Tras once meses de fintas diplomáticas, los negociadores de la Comisión Europea y Marruecos bajaron por fin al terreno de las propuestas escritas; la buena noticia es que el Gobierno marroquí acepta de facto discutir sobre un nuevo acuerdo pesquero; la mala, es todo lo demás: aunque no hay información oficial sobre el contenido de la oferta, lo que se contaba ayer en los pasillos de Bruselas augura mar gruesa para la flota pesquera española.Si el comisario de Pesca, Franz Fischler no logra que Marruecos cambie su posición inicial, el sector tendrá que afrontar una profunda reconversión, sobre todo en el caso de la flota andaluza; la inmensa mayoría de los 187 barcos de esta comunidad que faenaban en el caladero marroquí hasta el 30 de noviembre de 1999 no tienen otra alternativa. Tan sólo cinco pesqueros dedicados a cefalópodos (pulpo, calamar) y dos atuneros tienen motor suficiente para alcanzar otros caladeros. Para el resto de los buques andaluces, mucho más pequeños, hay un único horizonte posible: las aguas marroquíes.
La primera intención de Marruecos es dejar en su mínima expresión el acuerdo pesquero de 1995. La limitación más drástica afectaría a cefalópodos y marisco, que se quedarían en el 10% de la cantidad anterior, mientras que las especies pelágicas y artesanales (boquerones, merluza negra, pescadilla) se reducirían a la mitad. Unas condiciones que hunden las expectativas de la flota andaluza, que representa casi la mitad de los barcos españoles en caladero marroquí y emplea a 1.500 de los 4.000 tripulantes españoles.
"¿Y para esto hemos estado amarrados 11 meses?", se lamentaba ayer Pedro Maza, presidente de los armadores andaluces. La reducción propuesta en el volumen de capturas dejaría en tierra a un centenar de arrastreros camaroneros de Huelva, Málaga y Almería y a la mitad de los 35 pesqueros de cerco de Barbate y de los 50 palangreros de Algeciras. Estos dos puertos gaditanos han sido los que más han acusado el amarre forzoso de la flota: en los seis primeros meses del año la actividad comercial en Barbate se redujo un 80% y en Algeciras cayó un 65% respecto al mismo periodo de 1999.
Las ventas en las cinco principales lonjas andaluzas hasta junio apenas superaron los 3.000 millones de pesetas, la mitad de lo que se contabilizó el año pasado. Hasta ahora, las ayudas públicas al sector han mitigado el malestar de pescadores (que cobran de fondos europeos 151.000 pesetas al mes) y armadores (indemnizados con una media de 1,2 millones mensuales). Pero hay muchos descontentos: fábricas de hielo, conserveras, embaladoras, comercios o astilleros también se han visto afectados por el cierre del caladero marroquí y no reciben subvenciones públicas. Según las cuentas del Gobierno autonómico, esta industria auxiliar incluye a 220 empresas que ya han tenido que recortar en un 25% el empleo en tierra (otros 1.500 trabajadores).
La Junta de Andalucía calcula que 20.000 personas dependen directamente de los ingresos generados por la pesca en caladero marroquí. "Entramos en un momento de alto riesgo", advirtió ayer el consejero andaluz de Pesca, Paulino Plata, quien exigió una negociación "breve" que garantice "la supervivencia de la flota artesanal".
Los armadores andaluces no sólo temen las reducciones en el volumen de capturas. Según Pedro Maza, la propuesta inicial también incluye medidas de reducción de malla y un mayor alejamiento de la costa y reactiva una vieja aspiración marroquí: las empresas mixtas. Según la Junta, ahora sólo hay entre 18 y 20 firmas andaluces-marroquíes, que fletan pesqueros con bandera y marinería del país norteafricano, pero Marruecos quiere aumentar su número así como la presencia de tripulantes marroquíes en los pesqueros andaluces hasta alcanzar un mínimo del 25% de los marineros. Y la intención de obligar a desembarcar un porcentaje de capturas en puertos marroquíes acabaría con la industria auxiliar andaluza.
En Galicia, la propuesta marroquí tampoco fue bien recibida. "Inaceptable", indicó el consejero de Pesca de la Xunta. Entre los marineros del Morrazo, la comarca gallega más afectada por el acuerdo pesquero con Marruecos, cunde el pesimismo. "Lo hemos venido anunciado desde el principio", señaló Manuel Camaño, portavoz de la Asamblea de Mariñeiros en Loita. De hecho, tanto ahí, en el Morrazo, como en A Guarda y Ribeira, los otros dos puertos tocados por el acuerdo, casi la mitad de la marinería que faenaba en el banco canario-sahariano ha buscado acomodo en otras flotas: la subvención pública no alcanzaba para cubrir los gastos ordinarios de la casa.
En el caladero sahariano, faenaban 80 buques cefalopoderos, con subbase en Canarias, cada uno de los cuales embarca 16 o 17 tripulantes. Prácticamente todos viven en el Morrazo: Cangas, Moaña, Bueu o Marín, que es el puerto principal de esta flota; si se cumplen las previsiones de Marruecos, tan sólo se autorizarían capturas a ocho. Ribeira (A Coruña) y A Guarda (Pontevedra) son puertos base de palangreros, de los que 50 faenaban en el banco sahariano, con 15 tripulantes cada uno. La Mesa en Defensa del Sector ha convocado ya una manifestación en Marín, para el 10 de noviembre, en la que el alcalde de este municipio espera "batir récords de participación".
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