_
_
_
_

Intento fallido

El Departamento de Agricultura presentó al Ministerio en febrero de 1998 una propuesta para instalar en Euskadi una planta de tratamiento de las vísceras susceptibles de transmitir el mal de las vacas locas. El informe apostaba porque este tipo de plantas también se ubicasen en el resto de España de una manera homogénea. Sin embargo, el ministerio no hizo caso y en julio de este año respondió a la consejería que dirige Iñaki Gerenabarrena que cada comunidad debe "buscarse la vida", asegura Asier Albizu. En España existen cinco centros homologados para la eliminación de los residuos, pero, según dice Albizu, "en Euskadi casi seguro que no hubiéramos homologado niguno de ellos por la falta de condiciones".Al final, el Gobierno vasco desistió de instalar una planta de tratamiento en Euskadi debido a que los costes de implantación, en torno a los 600 millones de pesetas, y los de explotación (35 pesetas por kilo de carne) eran excesivos. "Euskadi iba a ser, una vez más, la única comunidad que hubiera tomado cartas en el asunto. Pero la instalación de la planta hubiera supuesto repercutir una serie de costes en la industria agroalimentaria vasca y, por lo tanto, perdería competitividad al ser la única de España en soportar este gasto", resalta Albizu.

A diferencia de otros gobiernos autónomos, que tratan los residuos y después los entierran, el Departamento de Sanidad no acepta ninguna solución que no pase por la incineración. Así, la instalación de los hornos es inevitable.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_