_
_
_
_

El límite del erotismo

A Leonor Watling, Bigas Luna la eligió cuando la invitó a cenar y, al grabarla con su cámara digital, se dio cuenta de que se ponía roja. "Eso me sorprendió y me conmovió", confiesa el director. Ya entonces le habló de las escenas eróticas que tendría que interpretar en Son de mar, un filme que Bigas Luna describe como pasional y con "cargas de sensualidad importantes". El director afirma que son escenas que no tienen por qué escandalizar, como en el caso de Bámbola, porque son pura ficción. "Para mí el límite está en que sean verdad o no, y aquí no lo son", afirma. A Watling el tema no le preocupa. Reconoce que el sexo en el cine le suele sobrar, pero que en esta historia es necesario. "Estoy tranquila, porque Bigas ve la misma belleza en un codo que en un pecho".

Más información
Bigas Luna rueda la sensualidad del Mediterráneo en 'Son de mar'

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_