El PSOE llama "rancio" al PP por querer dejar en Sevilla calles con nombre franquista

El pleno del Ayuntamiento de Sevilla discurrió ayer tranquilo hasta que se abordó la aprobación definitiva de la revisión del callejero de la ciudad, que tanto ha dado que hablar en los últimos meses. La mecha la encendió la concejal del Partido Popular María Dolores Meléndez, que tomó la palabra tras desechar la oferta de Luis Pizarro, portavoz de Izquierda Unida, que había propuesto no votar los cambios pues la posición de cada grupo se conocía tras una reciente comisión informativa. Sin embargo, Meléndez justificó que su grupo votará en contra de determinados cambios por la petición de los vecinos de no variar muchos nombres de calles, sobre todo del casco histórico, y por varios informes técnicos que aconsejaron seguir ese mismo criterio. El fuego se propagó por los asientos de Pizarro y del portavoz socialista, Emilio Carrillo, que entendieron la intervención de Meléndez como una alusión directa a la oposición de los populares a eliminar los nombres de calle relativos al franquismo que se mantenían hasta ayer.

Ambos políticos tomaron la palabra. Carrillo, en tono moderado, desmontó el criterio del PP recordando que han votado a favor de determinados cambios de nombres en el casco histórico y luego, en cambio, se oponen a que, por ejemplo, el actual Puente del Generalísimo se llame de Los Remedios, un cambio que difícilmente puede ocasionar trastornos a los vecinos de esa vía.

En una segunda intervención, Carrillo fue más duro y, adaptando a Shakespeare, dijo: "Algo huele a rancio, a naftalina, en el Partido Popular". Así explicó el edil socialista que, en este asunto, ha confirmado sus dudas acerca del giro al centro del PP.

Luis Pizarro, por su parte, afirmó que sería impensable que ciudades alemanas tuviesen calles con los nombres de Himmler o Göebels, y consideró la postura de los populares como "una afrenta a los demócratas, un atentado contra la memoria histórica".

Antes, Carmen Diz, portavoz del PP, y Paula Garvín, de IU, incluso llegaron a ponerse de acuerdo en parte con el concejal de Hacienda, Carmelo Gómez, del PSOE, en una farragosa revisión de ordenanzas fiscales que concluyó con la subida del IPC (un 3,6%) de diversos impuestos y tasas municipales menores.

El pleno acordó por unanimidad poner el nombre del coronel médico asesinado por ETA, Antonio Muñoz Cariñanos, a la calle peatonal en la que está su clínica privada y, también por unanimidad, aprobó el convenio para crear el Consorcio de Transportes del Área Metropolitana.