El Parlament impulsa una ley para garantizar una muerte digna
Acceso a la historia clínica
El Parlament dio ayer el primer paso para que los ciudadanos puedan expresar en un documento si quieren o no ser mantenidos con vida artificialmente en caso de padecer enfermedades irreversibles. El pleno de la Cámara catalana aprobó por unanimidad que se tome en consideración un proyecto de ley que determina, entre otros aspectos, la creación de un documento conocido como testamento vital, que contendría la opinión de la persona sobre cómo quiere morir. El texto aprobado ayer define el testamento vital como un documento en el que "una persona mayor de edad, con capacidad suficiente y de manera libre, expresa las instrucciones que deben ser tenidas en cuenta cuando se encuentre en una situación en que las circunstancias que concurran no le permitan expresar personalmente su voluntad".
El documento podrá ser formalizado ante notario o delante de tres testigos mayores de edad, con el requisito de que por lo menos dos de estos testigos no tengan relación de parentesco directo ni intereses patrimoniales con la persona firmante. Uno de los impulsores del proyecto de ley, el diputado de ERC Joan Ridao, defendió la importancia de estas "cautelas jurídicas". Entre otras medidas de seguridad, el texto aprobado ayer por el Parlament incluye que el documento jurídico será custodiado por el propio interesado o por sus familiares, aunque también se prevé la posibilidad de designar a un representante que ejerza de interlocutor con el equipo médico cuando el firmante no pueda expresar su voluntad.
El carácter innovador del proyecto de ley se reafirma en otro punto, puesto que prevé el "derecho de los pacientes a conocer toda la información obtenida respecto a su salud". Esto se traduce en que el paciente pueda acceder cuando quiera a su historia clínica y hacer una copia de ella. Así se facilita que el paciente pueda acudir a otro médico cuando lo considere oportuno para conseguir una segunda opinión sobre un diagnóstico. El diputado del PSC-Ciutadans pel Canvi calificó satisfactoriamente este punto porque "permitirá evitar el enseñamiento terapéutico que desde la soberbia científica practican algunos médicos con sus pacientes". Los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios apuntaron que la proposición de ley pone de manifiesto una iniciativa ya prevista en diversos textos sanitarios, como el código deontológico del Colegio de Médicos de Barcelona. La Asamblea Nacional de Francia está debatiendo una ley similar. Los portavoces también se esforzaron en asegurar que este documento no se opone al Código Penal porque no despenaliza la eutanasia, sino que sólo permite que el paciente exprese su deseo de no ser mantenido con vida de forma artificial en casos de enfermedades terminales.
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