Promesas y ofertas

Cristóbal Montoro detalló, durante la lectura de su monótono primer discurso de 64 folios, un paquete de ocho grandes objetivos de los Presupuestos para 2001.El primero tenía relación con la anterior y la futura reducción del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. El ministro habló luego de la rebaja en cinco décimas sobre lo programado del déficit público del PIB (0,3%) y de la generación de 387.300 puestos de trabajo, lo que permitirá sumar tres millones desde 1995.

Montoro ofreció después al PSOE un acuerdo para que el equilibrio presupuestario perdure en el tiempo por encima del color de los Gobiernos, algo a lo que los socialistas no entraron. Y a continuación realizó otras promesas sobre el aumento de las pensiones más bajas, sobre la importancia del gasto social (55% del total) o sobre la reducción de la deuda pública.

Respecto a la financiación autonómica, Montoro adelantó alguna pista del futuro modelo, que se empezará a negociar en enero "con todos los partidos y las comunidades" como pidió José Luis Rodríguez Zapatero, el líder socialista, pese a que fue criticado por dirigentes del PP. Y siempre, bajo la premisa de la corresponsabilidad fiscal y la solidaridad del vigente sistema y "sin exóticos y extraños federalismos asimétricos".

Caldera, en nombre del PSOE y en el turno de contrarréplicas, rescató parte del último programa electoral de su partido y enumeró una serie de ofertas al Gobierno, entre las que destacan la gratuidad de los libros de texto, un aumento relevante de las becas, la atención bucodental a los niños y una comisión de control deontológico de las listas de espera.