Un informe oficial descarta que una planta de purines afecte a la salud

Denuncia contra la planta

Los Mossos d'Esquadra han presentado un informe en el que se descarta que las emanaciones de la planta de tratamiento de purines de Les Masies de Voltregà (Osona) sean la causa de los problemas respiratorios denunciados por algunos vecinos próximos a la instalación. En la investigación, iniciada por orden del fiscal jefe de Medio Ambiente, Josep Joaquim Pérez de Gregorio, no se han encontrado indicios que sustenten las denuncias. Desde septiembre, agentes de la Unidad de Medio Ambiente de los Mossos d'Esquadra han investigado una posible relación entre el mal olor que desprende la planta de tratamiento de purines y los problemas de salud denunciados por los vecinos. Según el informe presentado, no hay indicios de delito contra el medio ambiente y la salud.

Durante la investigación, los mossos han hablado con vecinos, miembros del Grupo de Defensa del Ter y del Grupo Guascor, empresa responsable de la planta. También se ha llevado a cabo un análisis de las emisiones de la planta, aunque el resultado ha confirmado que las emanaciones están dentro de los parámetros establecidos por ley. Fuentes de la policía autonómica han confirmado que la investigación aún no está cerrada a la espera del informe facultativo de una de las denunciantes, Maria Camps, para determinar la causa de los problemas respiratorios que sufre.

Tras plantear múltiples quejas al Ayuntamiento por el mal olor que desprendía la planta de purines, Camps presentó una denuncia el 10 de junio. Esa noche tuvo que ser atendida de urgencias en el centro de salud de Sant Hipòlit porque se ahogaba. La denunciante sufre asma desde 1993, pero atribuye el empeoramiento de su enfermedad a la contaminación de la planta, a tan sólo un kilómetro de su casa. El fiscal Pérez de Gregorio ordenó el comienzo de la investigación por los indicios de delito. Desde mayo de 1998 -momento en que se inauguró la planta- hasta julio de 2000, la instalación ha funcionado muy por debajo de su capacidad plena tratando una cuarta parte de los 160.000 metros cúbicos de purines al año que tenía previsto tratar. El Consejo Comarcal de Osona y el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat exigieron a Guascor un plan de introducción de mejoras para poner fin a los problemas, cuyo plazo se amplió hasta septiembre a petición de la empresa. Guascor ha invertido más de 400 millones de pesetas en la puesta a punto de las instalaciones. La planta ha estado parada la mayor parte de los meses de verano, mientras se introducían las mejoras exigidas y se esperaba que a finales de octubre pudiese funcionar al 100%, aunque finalmente no será hasta finales de noviembre cuando funcione a pleno rendimiento. Desde su reapertura, el pasado mes de septiembre, prácticamente no ha habido quejas.