Los puentes atirantados dominan los diseños de los últimos años

Un grupo de especialistas en estructuras han celebrado durante dos días un seminario en Madrid, organizado por el grupo español de IABSE, para intercambiar experiencias sobre las tendencias en el diseño de puentes. Dentro del eclecticismo de los últimos años los grandes puentes atirantados proporcionan la imagen de una ingeniería contaminada de estética en sus formas y con la intención social de respeto por el entorno y el medio ambiente.

La pasarela de Foster

El seminario sobre tendencias en el diseño de puentes, organizado por el grupo español de International Association for Bridge and Structural Engineering (IABSE), con más de 4.200 miembros en 101 países, se clausuró ayer en la sede del Cedex, en el Retiro madrileño. El seminario, cuyas ponencias de expertos españoles y extranjeros ya se han publicado en un libro, quería promover la ingeniería estructural y conocer la evolución de los aspectos técnicos y formales en el diseño de puentes. El programa entró en zonas técnicas, como la prefabricación de tableros de hormigón (Javier Manterola), los nuevos métodos constructivos en puentes mixtos de hormigón y acero (Julio Martínez Calzón), los sistemas modulares (Antonio Dinis), estructuras por evolución (Jiri Strasky); en el detalle de algunos ejemplos, como los puentes de grandes luces en Escandinavia (Niels J. Gimsing), las pasarelas del Milenio en el Reino Unido (Gordon Clark), el puente móvil del puerto de Barcelona (Juan J. Arenas), el puente del infante don Henrique en Oporto y la pasarela en Bilbao, de José Antonio Fernández Ordóñez (Francisco Millanes), y otras de carácter histórico y estético, como las de Leonardo Fernández Troyano, Hugo Corres, Javier Rui-Wamba, Michel Virlogeux y Armando Rito.

Gordon Clark, director de Gifford and Partners, que cuenta con 300 ingenieros, explicó en su ponencia los proyectos de pasarelas financiados por la comisión del Milenio, con fondos de la lotería nacional, pero se negó ayer a comentar la pasarela sobre el Támesis que une en Londres la nueva Tate y la catedral de San Pablo. El proyecto, seleccionado entre 200 propuestas y con un costo de 5.000 millones de pesetas, es del arquitecto Norman Foster y del escultor Anthony Caro y fue cerrado al tránsito peatonal a los tres días por un movimiento de balanceo excesivo. "Es un tema embarazoso para los profesionales y la ingeniería británica. Sigue cerrado y los ingenieros de Ove Arup investigan las causas".En las sesiones de ayer, Michel Virlogeux comentó los puentes atirantados de varios vanos, que dominan los grandes proyectos, aunque algunos no se han construido, como el del lago de Ginebra. Los trabajos de Julio Martínez Calzón (viaductos del embalse de Contreras, desdoblamiento de Valencia) se dirigen a proyectos de menor escala. Su investigación se centra en la capacidad de la propia estructura para autogenerarse, como en el sistema de construcción por avance. "Es poner en juego los medios internos de la estructura con la tecnología de nuestro tiempo". Adelantó algunos aspectos del sistema ábaco para el lanzamiento de puentes mixtos de grandes luces con canto constante, que explicará con detalle en enero en Madrid en las terceras jornadas internacionales de puentes mixtos, de las que es director.

La presencia de la estética en las formas de los puentes fue un argumento que a veces se unía a los esfuerzos de tracción o la carga excéntrica. El portugués Armando Rito defendió las estructuras atrevidas, funcionales y hermosas de Oporto, y su integración en el entorno, para criticar después a "los diseñadores de segunda fila que hacen absurdos a la moda, aberraciones estéticas". Para Fernández Troyano, el puente es un hecho cultural, objeto de puro diseño, cuyos valores simbólicos y funcionales aparecen en la literatura y en la filosofía, desde Palladio a Kafka.