La diplomacia árabe busca la unidad

Los 22 ministros árabes de Asuntos Exteriores se reúnen hoy en El Cairo para preparar la primera cumbre de la Liga Árabe en cuatro años, que se celebrará en la capital egipcia el próximo fin de semana. Pero a la habitual dificultad para alcanzar un consenso, se une en esta ocasión la presión internacional para que moderen su lenguaje. La convocatoria urgente de esta cumbre ante la oleada de violencia en los territorios palestinos puede incrementar las tensiones de los países árabes con Israel, pero también poner de relieve su debilidad. La brutalidad de la represión israelí a las protestas palestinas, difundida con insistencia por las cadenas de televisión árabes, ha sensibilizado a la opinión pública desde el golfo Pérsico al océano Atlántico. La mayoría espera algo más que una condena.

"No es que la gente quiera ir a la guerra; pero hay medidas que se pueden tomar, como romper relaciones con Israel o boicotear los productos estadounidenses", explica Randa A., una joven profesional egipcia que muestra su solidaridad llevando un pañuelo palestino anudado al bolso.

Los sectores contrarios al compromiso con Israel, encabezados por países como Irak o Libia, intentan capitalizar el sentimiento antiisraelí generado por los sucesos de las últimas semanas. En tanto que los moderados Egipto y Jordania desearían ver respaldado su trabajo de mediación (cuyo resultado no ha convencido a sus respectivas poblaciones). El ambiguo resultado de la reciente cumbre de Sharm el Sheij no les ayuda a resolver el problema. Pocos confían en que sirva para hacer avanzar la causa palestina. Con el fin de proteger el frágil acuerdo que su país ha apadrinado, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, viajó desde Sharm el Sheij a Riad. Albright trataba de obtener el apoyo saudí al compromiso israelo-palestino y evitar que sea puesto en cuestión en El Cairo, adonde resulta más que probable que los líderes árabes lleguen muy divididos.