La Biblioteca Nacional reúne los 275 libros mejor editados en el siglo XX

Interesante por los errores

Pocas veces se ha organizado una exposición que muestre la parte menos conocida del libro, su elaboración física, su hechura. La Biblioteca Nacional dedica siete salas, recién remozadas, a la exposición Expolibri 2000. Muestra de los libros mejor hechos en el siglo XX, que reúne 275 libros considerados como joyas bibliográficas de la industria impresora española. Muchos de los ejemplares son ediciones facsímiles de grandes libros editados en épocas pasadas, mientras que algunas ediciones corresponden a publicaciones de siglos anteriores de gran valor bibliográfico. La exposición (abierta hasta el 3 de diciembre) inicia su recorrido con una sala dedicada a ediciones facsímiles de la primera Biblia de Gutenberg, de 1454, que contiene 1.284 hojas de gran formato, y de la que se cree que sólo se imprimieron 185 ejemplares; una Biblia Hebrea del siglo XV, y de la que ahora se ha realizado una perfecta imitación, y el Corán Hassaní.

En la sala correspondiente a los siglos XV y XVI se encuentran varios incunables. Destaca una reprodución de Arte de Escrevir, de Juan de Iciar (impreso en 1548). Esta edición, dedicada a Fernando de Aragón, incluye grabados en madera y puede considerarse el primer y más importante tratado español de caligrafía, a juicio del comisario de la muestra, José Manuel Delgado de Luque. Entre los libros fechados en el XVI se encuentra una primera edición de El conde Lucanor y Libro de grandeza y de cosas memorables de España, de Pedro Medina, un magnífico libro sobre España y el Nuevo Mundo.

No podía faltar en esta muestra, que ocupa unos 700 metros cuadrados, unos quijotes. Se contemplan varias ediciones de la gran obra de Miguel de Cervantes. Una de ellas, la realizada por Juan de la Cuesta en 1605, es muy especial; no sólo por ser la edición príncipe (de la que parten todas las demás), sino por la abundancia de erratas y errores que contiene, lo que hizo que se retiran gran parte de los libros impresos. Por eso, y porque la tirada no fue muy grande, este quijote es una rareza bibliográfica.Pero el grueso de la exposición se concentra en las salas correspndientes al siglo XX, que además de libros también enseña las distintas técnicas de impresión, como huecograbado, offset e impresión digital. Varios ejemplares de las constituciones españolas -la de la pepa (1812), la republicana (1931) y la actual- y los estatutos de autonomía inician el recorrido por el siglo XX. Muestra, además, algunos libros que son premios nacionales, como Romancero gitano, de Lorca, con ilustraciones de Alberti; hay un número especial de Papeles de Son Armadans en homenaje a Gaudí, con ilustraciones del magnífico arquitecto catalán, colecciones de libros como la Biblioteca Básica de Salvat o Austral y ejemplares de la Revista de Occidente. Todos estos volúmenes, que en su mayor parte pertenecen a colecciones privadas de los propios impresores, intentan dar a conocer la evolución de las artes gráficas en España.