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33º FESTIVAL DE CINE DE SITGES

'Ed Gein', triunfadora en un palmarés con pocos desaciertos

El público premia la película 'Abajo el telón'

No había grandes candidatos, y tampoco hubo grandes desaciertos. El jurado, integrado por el director de fotografía Jack Cardiff, el director Paco Betriu, la actriz Heather Donahue, el cantante Javier Gurruchaga y el escritor y distribuidor holandés Jan Doense, premió a Ed Gein como la mejor película de la sección oficial del festival, al tiempo que concedía a Steve Railsback, su protagonista, el de mejor actor por su impecable caracterización del asesino en serie homónimo.

Hay poco que objetar al premio, toda vez que el jurado ha visto en el filme dirigido por Chuck Parello un contenido ejercicio de acercamiento cuidadoso y no sensacionalista a un tema, la vida y, digamos, la obra de uno de los psicópatas más conocidos de Estados Unidos, a quien Railsback otorga un plus de dramatismo al interpretarlo con una contención y una capacidad de matización encomiables.El premio a la mejor actuación femenina fue para Ryoko Hirosuke, protagonista del discreto filme japonés Himitsu, cuyo guionista, Hiroshi Saito, se alzó con el galardón al mejor libreto, un trabajo que desgraciadamente se demuestra superior a las capacidades de su director para hacer con él un producto sólido. Como mejor fotografía fue reconocida la del húngaro Gyula Pados por su impresionante trabajo en Hotel Splendid, a cuya inquietante apariencia tanto ayudan sus esplendorosas imágenes. El premio a la mejor banda sonora lo recibió Chu Ishikawa por su score para la película japonesa Soseiji. El premio a los mejores efectos especiales lo obtuvieron SMG Effects y Poli Cantero por el Faust de Brian Yuzna, pobre y solitario galardón para la más esperada (y decepcionante) producción catalana de los últimos años. Asimismo, el jurado concedió una mención a La sombra del vampiro, única referencia a una de las películas a priori más sobrevaloradas.

Pero si apenas cabe decir nada de estos premios, sí cabe objetar el recibido por Geoffrey Wright por su rutinario trabajo de dirección de uno de los grandes pestiños vistos estos días en Sitges, Cherry Falls, una peripecia de terror adolescente con todos los ingredientes de explotación sexual, misoginia y previsibilidad de que suele hacer gala el filón más frecuentado por el género en los últimos años: la película de psicópata sexual asesino. Es un premio no sólo inmerecido, sino impropio de un jurado que ha demostrado saber hilar más fino en el resto de categorías.

Sitges clausuró ayer su 33ª edición como suele desde hace años, con un notable éxito de público, una programación deficiente en el concurso y un número de grandes películas de otros festivales menor que otros años. De ahí que, por ejemplo, los premios del público para las películas de la sección Gran Angular, ampliados este año también a los mejores actor, actriz y director, se hayan concentrado en Abajo el telón, de Tim Robbins, a quien acompañaron como actor Willem Dafoe por su competente trabajo en Animal factory, de Steve Buscemi, mientras que el premio a la mejor actriz recayó, incomprensiblemente, en Mercedes Sampietro por Nosotras.

Esa ausencia de grandes títulos dejó como única película verdaderamente descubierta por el festival a Memento, de Christopher Nolan, que obtuvo el premio de la crítica -que también otorgó a Terence Gross un galardón como director revelación por Hotel Splendid-, y hace odiosa la comparación con otras ediciones, incluso con la anterior, donde hubo una oferta más interesante.

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