Cuatro promociones de vivienda pública han quedado desiertas en año y medio por falta de empresas interesadas

En el último año y medio, cuatro promociones de viviendas de protección oficial han quedado desiertas al no presentarse ninguna empresa. El hecho de que los pisos estuvieran en pueblos, con lo que el precio es menor, y que el número de casas no excediera las diez en cada promoción hizo desistir a los contratistas. "Esto hubiera sido algo impensable antes del boom de la edificación", apunta el viceconsejero de Vivienda.Las promociones que no se pudieron cubrir se encuentran en Orexa , en la calle Laguna de Bilbao, Tolosa y Éibar. En Bernedo (Álava) hubo que mejorar la oferta inicial para poder sacar adelante un bloque de viviendas.

El sector de la construcción aguarda impaciente el nuevo decreto con el cambio de coeficiente. Enrique González, gerente de UNECA (Unión de Empresarios de la Construcción de Álava), señala que en sus conversaciones con el Gobierno se le trasladó la necesidad de que fuera "realista" y se diera cuenta de que la "viabilidad" de seguir haciendo pisos protegidos pasa por subir su precio. "El precio de los materiales ha subido, la mano de obra también, hay novedades legislativas que encarecen el producto (el seguro de responsabilidad, la Ley de Accesibilidad). Y en tres años no se han movido los precios. La calidad de los materiales con que se edifica la VPO es similar a la de la vivienda libre, a no ser que sean de gran lujo. Por lo tanto, no hay más remedio que elevar el precio", razona González.

Y es que, según precisa Delgado, la existencia de vivienda protegida permite que un gran número de ciudadanos pueda plantearse el acceso a un piso, que en el mercado libre resulta prohibitivo. Es el caso del sorteo de 171 viviendas que se va a realizar en Vitoria a finales de noviembre. Se trata de la rifa con más demandantes de la historia municipal, con casi 7.000 personas admitidas. El concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Vitoria, Jorge Ibarrondo, reconoce que se producen algunos casos de "picaresca" en este tipo de sorteos y que a veces las casas no van a parar a quien realmente más las necesita. Por eso, la intención del Ayuntamiento es "dirigir" lo más posible los sorteos y realizar una labor de inspección para comprobar que los pisos se ocupan de manera efectiva.