Chillida, doctor 'honoris causa' por la Universidad Complutense

El escultor Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924) fue investido ayer en su caserío Zabalaga (Hernani, Guipúzcoa) doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid, título que recibe "por haber mantenido una íntima relación con la libertad y la verdad", afirmó Juan Manuel Navarro Cordón, decano de la Facultad de Filosofía. Chillida, de forma escueta, agradeció "muy contento este honor".

En un acto breve e íntimo, casi familiar, desprovisto de protocolos y rituales académicos, el escultor Eduardo Chillida recogió en su casa-museo Zabalaga el título de doctor honoris causa por la Universidad Complutense de Madrid y la medalla del claustro de doctores "por su excepcional obra artística y, sobre todo, por la implicación que durante su trabajo profesional ha mantenido con la filosofía".El decano de la Facultad de Filosofía de la Complutense, Juan Manuel Navarro Cordón, explicó que el nombramiento simboliza el agradecimiento a "una obra de arte que, por serlo genuina y originalmente, ha mantenido una íntima relación con la verdad y la libertad". En su discurso de defensa del título entregado, Navarro Cordón reprodujo una frase del artista vasco para sostener esta afirmación: "El único camino hacia la paz ¿no será amar la libertad de los otros?".

A pesar de su delicada salud, Chillida reconoció estar "muy contento" por recibir este "honor" por una universidad que ha hecho tantas cosas buenas". Su esposa, Pilar Belzunce, afirmó: "Me siento emocionadísima, y Eduardo, tanto o más que yo". Agradeció la concesión del título y deseó que Zabalaga sea "un lugar donde la gente se encuentre con la personalidad de Eduardo y sus esculturas".

La excelencia

Ante un auditorio formado por personalidades de la cultura, la filosofía y la física, Navarro Cordón indicó que el arte de Chillida "abre a lo libre y es un ejercicio de libertad en la atenencia y constricción a la materia, a lo otro del espíritu".El discurso final, a cargo del rector de la Universidad Complutense, Rafael Puyol, fue un elogio continuo de la personalidad y las creaciones de Chillida, en especial de su "espíritu creador" y de la belleza contenida en Zabalaga. El doctorado concedido ayer es "un ejercicio de admiración de la comunidad al saber del hombre que sabe profundamente expresar las esencias y desencadenar el fenómeno sublime de la ensoñación", dijo Puyol.

El homenaje de la Complutense, añadió, cumple la función de "señalar con el dedo la excelencia" de Eduardo Chillida, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1987, además de otras distinciones internacionales. Puyol remarcó "el honor de Chillida", a quien encuadró en la "moderna aristocracia fundada en el mérito y no en el linaje". "Incorporando a Chillida a nuestro claustro de profesores", enfatizó Puyol, "la Universidad se ennoblece y se enriquece".

Las loas a Chillida se fundieron después con las alabanzas admirativas a Zabalaga, un bellísimo caserío del siglo XVI que guarda y se rodea de 100 esculturas, inaugurado por los Reyes el pasado 16 de septiembre. Puyol lo definió como un lugar donde "ese toque de naturaleza se hermana con el temblor de la poesía y confascinación de la metafísica".