La figura del emperador, desde las academias de la Historia

Frutos de sartén

El acto académico sobre la figura del emperador Carlos V, que se ilustra con la exposición Carolus, en el Museo de Santa Cruz, de Toledo, incluyó las intervenciones de representantes de las academias de la Historia de Bélgica, Alemania, Austria y España. El discurso de don Juan Carlos se centró en la idea europea, inseparable del derecho, y la construcción europea "como factor de civilización". Frente a la Europa de Carlos V, que intentó sin resultado superar sus divisiones, el Rey dijo que era el momento de subrayar aquello "que nos une como europeos y proclamar aquello que nos liga indisolublemente al destino del resto de la humanidad". "Como Carlos V entonces, los europeos hemos de esforzarnos hoy en pro del bien universal, por encima de cualquier interés particular, único modo de afianzar entre los pueblos la paz y la justicia".

Tras la intervención del presidente de la sociedad estatal, Juan Carlos Elorza, sobre el "siglo inquieto" del emperador, Gustaaf Janssens, de la Academia Real de Ciencias, Letras y Bellas Artes de Bélgica, se refirió a la herencia de Borgoña y los cimientos de una moderna administración.

Heinz Schilling, de la Academia de las Ciencias de Berlín, comentó en su discurso el Sacro Imperio Romano de la nación alemana y la reforma de Martín Lutero. "La obra de su vida se decidiría en Alemania, donde residía la clave del éxito de su concepción universal del imperio y de la cristiandad". Por su parte, Alfred Kohler, director del Instituto Histórico de la Universidad de Viena, se centró en la política de Centroeuropa y las relaciones con su hermano Fernando I.

Carlos V y el Atlántico fue la aportación de Gonzalo Anes, director de la Real Academia de la Historia, sobre la extensión de la realidad histórica de Occidente, desde el primer viaje de Colón y las navegaciones de Vasco Núñez de Balboa y Magallanes.

El acto académico terminó con un breve concierto, en el antiguo órgano del emperador de la catedral de Toledo, con el organista Ramón González de Amezúa, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.Los Reyes e invitados se trasladaron en microbuses al palacio Tavera (siglo XVI), en cuya biblioteca celebraron un almuerzo -con el Rey se sentaron las reinas Beatriz y Paola- con un menú que recordara los gustos de Carlos V, como manjar blanco, perdiz a la toledana y frutos de sartén (rosquillas, mazapán), servido en una vajilla especial y cristalería diseñadas por el artista Duarte Pinto Coelho. Como centro de mesa, un Hércules con la bola del mundo.

La jornada se completó con la inauguración de la muestra Carolus en el Museo de Santa Cruz, un montaje de 350 piezas, con Fernando Checa, director del Prado, como comisario, donde se ilustra la difusión de la imagen artística de Carlos V y del arte español del Renacimiento.