Barcelona acoge por primera vez un salón de 'brocanters'
Desde 1987 hasta la actualidad, los brocanters han realizado en Barcelona dos pequeñas ferias anuales. Primero en plena Gran Via y más tarde en la avenida de la Diagonal. Ahora, el sector da un paso adelante con la celebración del primer Salón de Brocanters y Almonedas en el recinto ferial de Montjuïc 1. La feria permanecerá abierta al público desde hoy y hasta el próximo 8 de octubre en el Palacio número 6 de Fira de Barcelona.
El Salón de Brocanters y Almonedas nace con el propósito de dar una imagen sólida y seria del sector, que se mueve en ocasiones en el confuso y extenso territorio que va desde los anticuarios hasta los mercadillos. "El desarrollo de las famosas descarragades (mercadillos ambulantes de brocanters) ha hecho que se mezclaran profesionales con una situación regularizada con otros que no ofrecen suficiente garantía", explicó ayer Núria Munné, presidenta del salón y máxima responsable de l'Associació Professional Brocanters de Catalunya, organización que ha impulsado, junto a Fira de Barcelona, la organización de la feria.Para dotar de mayor garantía a la oferta que presentarán 85 expositores distribuidos en 100 casetas, la feria cuenta con un comité de admisión y selección de piezas que ha velado por la autenticidad de las obras. A lo largo de todo el salón, este comité tendrá potestad para retirar cualquier objeto que no reúna el mínimo de condiciones exigido por la organización. Junto al control sobre la falsificación de las piezas o su antigüedad también se tendrá en cuenta su nivel de calidad. "Retiraremos las piezas que se consideren indignas", comentó uno de los responsables de la organización
Tradicionalmente, el sector de los brocanters siembre ha tenido fricciones con el mundo de las antigüedades debido a que en ciertos momentos sus intereses se solapan. En esta feria se podrán adquirir objetos que como mínimo tengan 50 años de antigüedad. Entre las piezas presentes se hallan tanto muebles como objetos de decoración o piezas de coleccionismo de todo tipo. "No hemos tenido ningún problema con los anticuarios que ya poseen su propio salón. Más bien nos han apoyado. Existen más puntos comunes que divergentes", explicó Munné. Entre los expositores también se encuentran anticuarios, aunque la mayoría de ellos no se presentan con el nombre de su establecimiento.
Otro de los objetivos de esta primera edición ha sido abrirse a la presencia de profesionales de fuera de Cataluña. "Seguiremos con las feria de calle, en la que sólo participan nuestros asociados, pero teníamos necesidad de un salón abierto con la participación de brocanters de toda España", explicó Núria Munné. Junto a la definición catalana, el salón incorpora en su denominación el nombre castellano de este tipo de comerciantes de piezas antiguas. "Es como se conoce en el resto de España", explicó Josep Murcia, director del salón.
También se encuentra entre los objetivos del salón el acercamiento al público joven. Para Josep Bosch, vocal del comité organizador de la feria, "la oferta que presentamos es económicamente accesible para el público joven ya que se podrán encontrar objetos desde 15.000 pesetas y además existe la tendencia a decorar la casa combinando mueble actual con alguna pieza antigua". A juicio de Bosch el mundo del objeto antiguo está viviendo un momento de especial eclosión. "Deseamos crear un salón que sea de visita agradable y que pueda ser accesible a todos", explicó.
El Salón de Brocanters y Almonedas permanecerá abierto de 11.00 a 21.00 horas de manera interrumpida con un precio de la entrada de 800 pesetas, un importe inferior a la media del valor de las entradas a los diferentes salones que organiza Fira de Barcelona en Montjuïc.
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