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48º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Un día anodino en Zabaltegi

Rara y apasionada

No fue la de ayer una jornada excitante en lo que hace a la programación de la sección Zabaltegi/ Zona Abierta. La calidad de las películas vistas ayer, en una sección inflada artificialmente, que deberá ser sometida en futuras ediciones a una necesaria reducción de títulos que aligere los cuatro que se programan cada día sólo en esta sección, no pasará a los anales del festival. Una a ratos interesante coproducción hispano-chileno-estadounidense, Time´s up!, de la debutante Cecilia Barriga, desperdicia buena parte de sus hallazgos por obra y gracia de una solución de guión para cerrar los cabos sueltos de la acción que hasta el espectador menos avisado entiende abusiva.Pero eso no fue nada ante la inanidad temática y formal de una no ya humilde, sino triste, conceptualmente pobre y desangelada peripecia de inmigrantes rusos en EE UU, Bunny, de Mia Trachinger, que completó un cuadro de calidad realmente discreta. El riesgo artístico y el compromiso ético hubo que buscarlos ayer fuera, en una de las secciones paralelas, la este año devaluada Made in spanish, algo así como el cajón de sastre al cual van a parar películas españolas y latinoamericanas que, bien porque han competido en otros festivales, bien porque los organizadores no creen que tengan cabida en las secciones a competición, dan con sus huesos en un limbo sin publicidad, cines a trasmano y horarios incompatibles con el resto de la programación oficial.

Allí se exhibió la coproducción hispano-argentina Invocación, de Héctor Faver, realizada con la colaboración de Patricio Guzmán y Fred Keleman, rara, apasionada película que pone el dedo en la llaga sobre la continuidad en democracia del siniestro fascismo argentino, al identificar sin paliativos como monstruos salidos de la misma mala madre, la acción genocida de la dictadura de Videla y el nunca resuelto atentado contra la mutualista judía bonaerense AMIA, que en 1995 causó docenas de muertos cuyos deudos esperan aún satisfacción a sus demandas de justicia.Aunque están en las antípodas, Time´s up! e Invocación comparten algunas cosas. Tiene el cosmopolita filme de Barriga, que narra la vida de una peculiar psicóloga argentina en Nueva York -la siempre competente actriz argentina Leonor Benedetto, inolvidable monja de Un lugar en el mundo-, formas de cine independiente, no en vano está rodado con escasísimos recursos, y ritmo de comedia -no faltan los gags, algunos de ellos muy buenos, a costa de psicoanalistas y psicoanalizados-. Pero también tiene, como Invocación, voluntad de denuncia, puesto que se guarda en la recámara justamente un pasado de la protagonista como víctima de la tortura y la vejación militar en la Argentina de los setenta.

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