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Sebastião Salgado enseña sus fotografías como 'documentos' sobre la globalización Debate sobre el autor de la exposición 'Éxodos' y del aspecto ético de las migraciones

El fotógrafo brasileño Sebastião Salgado (1944) dijo ayer que era "antiguo economista" tras una amplia introducción de datos al proyecto Éxodos, que, a través de una exposición, dos libros, Internet y programas educativos, se presenta hasta el 6 de diciembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (Marqués de Casa Riera, 2). Salgado participó en un primer coloquio sobre los documentos y testimonios de una realidad, organizado por la Fundación Retevisión y el diario EL PAÍS, que el autor identifica con los cambios económicos e industriales de la globalización.

Situaciones límite

Salgado es licenciado en economía por la Universidad de São Paulo, con ampliación de estudios en París, y ejerció la profesión en el Ministerio de Finanzas brasileño, para pasar en 1971 a la Organización Internacional del Café, con sede en Londres. A partir de 1973 se dedica a la fotografía. Su intervención de ayer estuvo llena de datos económicos, referencias a los procesos industriales que provocan desplazamientos humanos y los desequilibrios de la globalización. "Mis fotografías están ligadas a la economía, son documentos, no las veo como una pieza de arte".El primer coloquio, con motivo de la exposición Éxodos, estuvo dedicado al tema El testimonio de Sebastião Salgado. En el mismo participaron, junto al fotógrafo, Luis González Seara, sociólogo y vicepresidente de la Fundación Retevisión, que patrocina el proyecto durante los próximos tres años en los países de habla hispana; Rafael Puyol, demógrafo y rector de la Universidad Complutense de Madrid; Joaquín Estefanía, director de Opinión de EL PAÍS, y Francisco Calvo Serraller, catedrático de arte y crítico de EL PAÍS. Calvo Serraller aportó los únicos argumentos artísticos sobre los retratos de Salgado, aunque también reflexionó sobre la mirada ética del fotógrafo y su compromiso con lo real.

Salgado comentó el origen de la actual exposición de Éxodos en la presentación de su serie sobre trabajadores en 1993 en la Biblioteca Nacional de Madrid, que fue publicada en EL PAÍS. Su intención era hacer un retrato del mundo del trabajo -a lo largo de seis años visitó cerca de 30 países- a finales de los ochenta, que era también el fin de la primera gran revolución industrial. Explicó la situación de industrias en Francia y en Brasil, el cierre de grandes fábricas, que provocaba millones de desplazados, y la transformación de las ciudades por el abandono del medio rural. El fotógrafo estuvo analizando sobre el terreno el proceso de la estructura de la producción, los desequilibrios económicos y ecológicos, los movimientos de la población (los trabajadores de "comida fría") y los anticipos de la actual globalización.

Salgado se refirió a su sistema de trabajo en equipo, que se apoya en los contratos con las principales publicaciones y en colaboración con las organizaciones humanitarias, y los distintos soportes del proyecto, que en el caso de Éxodos comprende la exposición, dos libros, 30 películas cortas en Canal +, un largometraje y programas educativos, con objeto de presentar las "situaciones límite" de las fotos, "una forma de unir esta gente con el resto del planeta". Para el fotógrafo, su proyecto trata de provocar un debate, de enseñar "una realidad distinta", una radiografía del otro lado del planeta, del 85% del planeta, que vive todavía en el pasado. Para Joaquín Estefanía, los testimonios de Salgado "incitan a la reflexión, al debate y a la revuelta". En su intervención analizó el fenómeno de las migraciones como una forma de racismo y xenofobia. "Viendo las fotos parece que es un problema del Tercer Mundo, pero el Sur está en el Norte". Definió a Salgado como un intelectual que utiliza como instrumento la cámara fotográfica, y sugirió que no evite la imagen de las migraciones políticas, como ocurre en España en las ciudades vascas. Rafael Puyol, experto en población, dijo que las imágenes reflejan "un desarraigo y una dolorosa aventura personal" y pidió a los Gobiernos una legislación más generosa para dar entrada a los inmigrantes. "La exposición refleja el lado ético del éxodo y es un antídoto contra las falsas percepciones y prejuicios sobre el fenómeno, al identificar al inmigrante como delincuente social, que airean los medios y los partidos ultraconservadores".

Tras los comentarios de González Seara sobre el mundo de la información y "los otros globalizados", Salgado respondió a una pregunta sobre el poder de la imagen y su trabajo. "Mi trabajo es muy criticado, por estar al margen de la moda, pero intento hacerlo con honestidad".

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