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Vargas Llosa rechaza en Miami una acusación de plagio

Durante la presentación de su última novela, el viernes en Miami, Mario Vargas Llosa tuvo que salir al paso de la acusación de plagio que esa misma mañana le hacía, en el periódico The Miami Herald, Bernard Diederich, un ex corresponsal de la revista Time que sostiene que La fiesta del Chivo "contiene frases y párrafos similares y repite un error histórico" del libro La muerte del dictador, escrito por él en 1978. "No sólo es injusto, sino triste viniendo de una persona a la que respeto y cuyo libro ha sido una excelente materia prima para mí", dijo Vargas Llosa, "pero plagio es una palabra sumamente dura que tiene una connotación criminal". En un acto al que concurrieron más de 1.000 personas, Vargas Llosa dejó sus reflexiones literarias, históricas y políticas sobre las atrocidades de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana (1930-1961), recreadas en La fiesta del Chivo, una obra que es una reconstrucción imaginaria en la que prevalece el elemento ficticio. Al refutar el reproche de Diederich, el narrador hispanoperuano se refirió al "inevitable uso de los datos objetivos" que hace cualquier escritor. Vargas Llosa pasó largas temporadas en Santo Domingo documentándose sobre las crueldades de Trujillo, el sometimiento del pueblo y de su corte de aduladores y la conspiración para asesinarlo. "La literatura está hecha también de coincidencias, pero de ahí a decir que yo he plagiado hay un salto dialéctico", puntualizó.

"Reportaje excepcional"

Diederich escribió su libro cuando era corresponsal para México y el Caribe de Time, y se había desplazado a Santo Domingo poco después del asesinato del tirano, en mayo de 1961, para realizar -en palabras de Vargas Llosa- "un reportaje excepcional, que dio la primera versión completa de lo sucedido". En sus declaraciones a The Miami Herald, Diederich no aclara por qué ha esperado desde marzo, en que se publicó La fiesta del Chivo, para denunciar el presunto plagio y amenazar con una demanda. "Si me hubiera incluido en los créditos de la bibliografía, esto no habría pasado. Revelaré ante los tribunales los datos que, por ser erróneos, sólo han podido proceder de mi libro", afirmó Diederich, que actualmente reside en el sur del Estado de Florida.

La novela de Vargas Llosa se incubó en 1975, tras pasar varios meses en la República Dominicana escuchando anécdotas, testimonios, leyendas y fábulas sobre la crueldad del sátrapa tropical. Desde esa época tuvo la idea de situar una ficción en ese contexto histórico, basándose sobre todo en la conspiración para matar a Trujillo. Aun siendo una versión más imaginaria que verídica, en el fondo de La fiesta del Chivo subyace la verdad histórica de una sociedad bajo el yugo autoritario.

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