África acusa de su pobreza a los países ricos ante la Asamblea General de la ONU
África utilizó ayer la tribuna de la Cumbre del Milenio de la ONU para acusar a las naciones ricas de la pobreza y explotación que sufren sus poblaciones. Los líderes africanos recordaron que los efectos de la globalización, el tema central de la reunión que se celebra en Nueva York, no afectan a todas las naciones por igual. "La ONU sufre una crisis de credibilidad", advirtió el secretario general, Kofi Annan, si no dedica más recursos a paliar el sufrimiento en África y mejorar sus operaciones de mantenimiento de la paz en todo el mundo.
Liderados por el presidente de Suráfrica, Thabo Mbeki, los representantes de diversas naciones africanas denunciaron el estado de miseria y desamparo de sus poblaciones cuya gran mayoría vive con menos de 200 pesetas al día. "Los pobres del mundo esperan a las puertas de las confortables mansiones que ocupan reyes, reinas, presidente y ministros que tienen el privilegio de acudir a esta cumbre", dijo Mbeki. El presidente de Zambia, Frederick Chiluba, pidió el perdón de la deuda externa para las naciones más desfavorecidas y el líder de Ghana, Jerry Rawlings, acusó a los países ricos de de corromper su continente. "Por cada dólar corrupto que se guarda en los bancos occidentales, muere un niño africano", dijo Rawlings. "En ninguna otra parte nuestro compromiso es más urgente y necesitado que en África, donde millones sufren a diario los estragos de la guerra", dijo Kofi Annan, durante la reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad que se celebró en el marco de los actos de la Cumbre del Milenio. Sus 15 miembros, representados por sus jefes de Gobierno, aprobaron una declaración en la que se comprometieron a "dar una atención especial a la paz y el desarrollo en África".
El Consejo de Seguridad también abordó otro de los problemas que afectan al continente africano, el de las guerras, y subrayó la necesidad de reforzar las operaciones de mantenimiento de la paz. En el nuevo entorno internacional estas se han convertido en la principal misión de Naciones Unidas. En sus primeros 40 años de funcionamiento, la ONU tan sólo autorizó 13 operaciones de paz, en la última década ya lleva más de 20.
"Esta organización se enfrentan a una grave crisis de credibilidad para llevar a cabo su principal cometido: el mantenimiento de la paz y de la seguridad", dijo ayer Kofi Annan, un día después del asesinato de tres funcionarios civiles de Naciones Unidas en Timor. "Estamos todos de acuerdo en reconocer que los cascos azules a menudo llevan a cabo misiones complejas sin el entrenamiento adecuado, la estructura y la autoridad necesarias", añadió Annan.
La declaración del Consejo no aborda sin embargo el espinoso tema de la financiación de las operaciones y el nivel de contribución de los países miembros, un sistema arcaico, ideado en 1973 para cubrir el despliegue de la ONU en el Sinaí y que no ha sido revisado desde entonces. Estados Unidos, que financia el 30% de estas operaciones, ha pedido como condición para pagar los 1.300 millones de dólares que todavía debe a Naciones Unidas, reducir su cuota. Los norteamericanos han denunciado que con este viejo baremo, China sólo aporta el 1% de estas misiones y países tan ricos como Arabia Saudí y Singapur aportan contribuciones mínimas. El año que viene la ONU se gastará 2.000 millones de dólares (casi 400.000 millones de peseatas) en las misiones de sus cascos azules.
El documento aprobado por los 15 miembros del Consejo de Seguridad respalda el informe encargado por Annan y hecho público hace dos semanas sobre el lamentable estado de las operaciones de mantenimiento de la paz que la ONU lleva a cabo en 14 países.
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