600 solicitudes de empresas están pendientes de las ayudas del Impiva para invertir en depuración de aguas

Cerca de 600 solicitudes de empresas y entidades valencianas están pendientes de que la Consejería de Industria les notifique con retraso la concesión o no de una subvención, gestionada por el Impiva y financiada con fondos europeos, para la depuración de las aguas. La línea de subvenciones, creada en 1998 por el Impiva, para animar a las empresas a invertir y mejorar sus prácticas mediambientales, acaparará este año entre el 30% y el 60% del presupuesto que el Impiva destina a su programa de Medio Ambiente, que asciende a 650 millones de pesetas y cuyo principal apartado es la depuración de aguas. La resolución de estas ayudas debería estar lista desde junio o julio, en casos excepcionales, dado que la normativa que regula las subvenciones del Impiva establece que éstas deben ser notificadas cuatro meses después de que finalice el plazo de presentación de las solicitudes, o en todo caso en un plazo máximo no superior a los seis meses. Al día de hoy, las ayudas han sido firmadas pero las empresas no están notificadas, según un portavoz de Industria, lo que supone el incumplimiento de los dos plazos, ya que el periodo de solicitudes acabó a finales de febrero.

El retraso ha creado cierta inquietud en el sector empresarial, lógico a la vista de que las industrias no suelen ejecutar ninguna nueva inversión a menos que la Administración valenciana les notifique que tienen concedida una ayuda que financia entre el 40% y el 50% del proyecto. La situación se agrava todavía más para las empresas si se tiene en cuenta que la normativa de ayudas del Impiva obliga a éstas a justificar la inversión en el mes de noviembre -en este caso, el tiempo disponible es de apenas tres meses-. Esta dilación acaba en muchos de los casos provocando la renuncia de la empresa a la subvención por la imposibilidad de realizar el proyecto en un periodo tan corto de tiempo.

Desde la Consejería de Industria y desde el Impiva atribuyeron el retraso a los dos cambios habidos en poco tiempo en la dirección general del instituto público, aunque el comité técnico encargado de evaluar los proyectos concluyó sus trabajos antes de las vacaciones y el visto bueno a la línea de ayudas estaba pendiente del consejero y después del director general.