Científicos noruegos predicen que antes de 50 años el océano Ártico será navegable en verano
La existencia de la laguna en el Polo Norte no ha sido confirmada todavía por satélites
El descubrimiento de una laguna a principios de agosto justo en el Polo Norte, comunicado el pasado sábado por científicos estadounidenses que la observaron a bordo de un rompehielos ruso, no había sido confirmado hasta ayer por imágenes de satélite u organizaciones científicas o meteorológicas, pero tampoco supone una sorpresa total para los estudiosos del complicado casquete polar ártico. Los especialistas más cercanos, los noruegos, son los menos sorprendidos porque el pasado mes de julio predijeron que el oceáno Ártico será totalmente navegable en verano en menos de 50 años.
Tore Furevik, de 31 años, es uno de los autores del estudio ¿Hacia un Ártico sin hielo?, que se publicó el pasado mes de julio en la revista científica noruega Cicerone. Entonces aseguró que el ritmo de deshielo es mucho más rápido de lo que nadie imaginaba, aunque otros científicos piensan que la tendencia puede ser reversible. Al aumento de temperaturas observado en el último siglo en la Tierra parecen sumarse otras razones para el deshielo y retroceso del casquete, y sus consecuencias pueden ser catastróficas si induce un cambio climático global. Pero los países ribereños ya se están preparando para posibles beneficios a obtener de un océano Ártico con menos hielo en todas las estaciones, especialmente si permite navegar de Europa a Japón por el norte de Asia y explotar yacimientos de petróleo y gas en latitudes ahora prohibidas.En cuanto al Polo Norte, está sobre agua, y se creía que su superficie permanecía helada todo el año. Cuando Robert Peary, supuestamente, alcanzó el mítico lugar en 1909 lo hizo en trineo y no pudo dejar nada permanente -no está marcado- porque el hielo no es una capa continua, se mueve, se agrieta y se consolida, dependiendo no sólo de la temperatura sino también de otros factores meteorológicos, como los vientos.
"Los polos son sistemas complejos", explica Sergio Alonso, catedrático de Meteorología en la Universidad de las islas Baleares, "y nos dan muchas sorpresas, como el agujero de ozono sobre la Antártida. Hay fenómenos debidos a efectos locales, por lo que es muy difícil aventurar conclusiones respecto a lo que puede estar ocurriendo".
Ya se había constatado -comparando las medidas por sonar realizadas por submarinos desde 1950- el gran adelgazamiento (un 40% al menos) del casquete polar ártico en los últimos 40 años, un fenómeno que se realimenta (cuanto más fino es el hielo se derrite a mayor ritmo). En todo caso, el derretimiento del hielo marino en el Ártico no hará subir el nivel del mar, igual que un cubito de hielo en un vaso con agua no hace subir el nivel del líquido cuando se funde.
La laguna del Polo Norte está aún por confirmar, ya que no parecen estar disponibles imágenes de satélite que recojan el fenómeno, nunca observado antes. La NASA, que analiza los datos sobre el hielo ártico suministrados por el satélite canadiense Radarsat, que permite por primera vez su estudio continuo ya que ve a través de las nubes, ha estudiado sólo los datos correspondientes al invierno pasado, cuando el casquete era mayor y más espeso. El investigador jefe del proyecto, Ronald Kwok, ha dicho ahora que las temperaturas veraniegas a menudo causan agujeros en el casquete: "Huecos de este tamaño [un kilómetro y medio] se abren y se cierran continuamente. Lo que es raro es que sea en el Polo Norte". Kwok ha recordado que el casquete es más fino sobre el polo que en otras zonas y raramente supera los tres metros de espesor, por lo que la subida de temperaturas puede provocar su deshielo. Ni éste ni otros especialistas están dispuestos a asegurar que el fenómeno esté relacionado con el calentamiento, ya que "no se pueden sacar conclusiones de un solo año de datos".
A pesar de que se ha dicho que el Polo Norte había permanecido helado desde hace 50 millones de años, eso es algo que es imposible de saber, recuerdan los oceanógrafos, ya que en los últimos 100.000 años, sin ir más lejos, ha habido periodos más calidos que el actual y en algún momento, incluso reciente, ha podido producirse el mismo fenómeno sin ser observado. De hecho, si la laguna ha durado poco y no existe confirmación por satélite ni se repite en los próximos años, es posible que nunca alcance el rango superior a la anécdota, aunque lo más probable es que sea un síntoma más del deshielo del Ártico.
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