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Se necesita dependienta

Miles de pares de zapatos cubren las paredes, llenan los mostradores, forman pasillos angostos que dan a la tienda un aire de laberinto. Los clientes, turistas en su mayoría, se prueban modelos mientras las dependientas corren por el establecimiento tratando de atender a todo el mundo. En la entrada, un cartel anuncia que se necesita personal y solicita currículos a los interesados. Cartel que se repite en comercios y restaurantes de toda la ciudad."Cada vez hay menos mano de obra", se queja Manuel Gutiérrez, dueño de una tienda de moda que se encuentra en el Portal del Ángel. "Un chico me dejó su currículo y me gustó, tenía experiencia. Le di de alta en la Seguridad Social ayer por la mañana y por la tarde me dijo que nada, que no quería el puesto. Asegurado y todo", agrega. Gutiérrez busca un dependiente desde hace dos meses y no encuentra a nadie. El problema es, en su opinión, que la gente no quiere trabajar los sábados. El sueldo tampoco es muy atrayente: 140.000 pesetas brutas al mes.

En el mundo de la restauración, los horarios son peores. Sábados y domingos son días laborables, los días de fiesta son los de más trabajo. El convenio establece un sueldo de aproximadamente 150.000 pesetas al mes, equivalente a un sueldo mínimo en el sector de la construcción. Y los peones disfrutan de los fines de semana, mientras que en la hostelería el fin de semana o los días de fiesta no existen. Camareros y peones cobran prácticamente el mismo sueldo pero los segundos disfrutan de más tiempo libre, por lo que es normal que los trabajadores prefieran evitar el sector de la hostelería como lugar de trabajo.

"La gente se cansa de la hostelería porque abusan de ti", afirma un camarero de 22 años de edad, pelo rubio, ojos claros nerviosos. El cartel de la entrada sirvió para contratarle. "Vi el cartel y solicité una entrevista. No tuve problemas. Yo ya había trabajado antes en otra cafetería de la misma franquicia", explica el camarero, que prefiere no facilitar su identidad. "Llevo aquí dos días y, en principio, no tengo intención de quedarme. Depende de si puedo ir buscándome la vida, pero ahora mismo no tengo mucha opción", añade, mientras coloca a gran velocidad unas tazas sucias en la bandeja del lavaplatos. El local está lleno a pesar del calor de la mañana de agosto. Nadie ha quitado el cartel que incitó al nuevo camarero a entrar a buscar trabajo; todavía necesitan más.

Para los restauradores supone un problema serio encontrar personal cualificado. El presidente del gremio de la restauración, Gaietà Farràs, anunció recientemente que el gremio va a crear una bolsa de trabajo especializada para dar salida a las demandas profesionales.

La experiencia o la formación no son los únicos requisitos que tienen en cuenta muchos establecimientos a la hora de contratar gente nueva. Junto con los currículos se solicita una foto tamaño carnet para valorar el físico del aspirante.

"El público de nuestras tiendas es joven, queremos que nuestras dependientas también lo sean", afirma la encargada de una tienda de una conocida marca de ropa. "La edad no es requisito, pero..." Las aspirantes al puesto deben rellenar un formulario con foto incluida en el que se incluyen preguntas como "Explícanos a qué te dedicas y cuáles son tus aficiones", "Cuáles son tus sueños", "Cómo te definirías: personalidad, forma de vestir, cualidades, etc".

Los contratos ofrecidos varían dependiendo del establecimiento y el cargo que vaya a ocupar el solicitante. Lo más común son los contratos eventuales o de seis meses, prorrogables si fuera necesario. "En nuestra tienda hay contratos de todo tipo, desde 24 horas o 40 horas para el verano o contratos indefinidos", explica la encargada de una tienda de moda para gente joven del paseo de Gràcia.

"Estamos ante una situación explosiva, a la que ha contribuido la tacañería por parte de los empresarios, que exigen formación, experiencia, y ofrecen contratos temporales con sueldos muy bajos", explica Ciriaco Hidalgo, secretario de política institucional de UGT. Este sindicato realizó un estudio hace dos meses para valorar las ofertas de trabajo que se anuncian los domingos en un periódico local. "Las ofertas son una tropelía", concluye Hidalgo.

Una empresa buscaba operador de grúa para trabajar en Girona. Los solicitantes debían tener 5 ó 6 años de experiencia y haber terminado la FP 2, para poder aspirar a un sueldo de 120.000 pesetas al mes . "Esto lo gana cualquier peón sin tener que trasladarse a Girona todos los días y sin necesidad de tanta titulación ni experiencia", dice Hidalgo.

El cartel de la zapatería del Portal del Àngel sigue en el escaparate. Unos turistas se sumergen en el laberinto de zapatos buscando unos de su talla. Las dependientas siguen sin dar abasto.

Carmen Secanella

178.000 parados

A pesar de la falta de mano de obra existente en muchos sectores, en Cataluña hay 178.000 personas paradas. El 2 de agosto se dieron a conocer los datos del paro según los cuales en julio el número de personas desempleadas se ha incrementado en 8.000.En los últimos 20 años el empleo siempre crecía durante este mes. Por tanto, en Cataluña existe una paradoja entre la falta de mano de obra y el mantenimiento de un cierto nivel de paro. Según Hidalgo, esta paradoja se debe al desencuentro que existe entre la educación y las necesidades del mercado de trabajo. "La Formación Profesional está de espaldas al mercado de trabajo", afirma. "Ofrece cursos para profesiones que no se demandan, como ofimática, cuando lo que se necesitan son torneros y fresadores".

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