Los socorristas británicos confían en llegar a tiempo
Aún hay esperanzas
El Gobierno de Tony Blair mantiene una actitud positiva sobre las posibilidades del equipo de rescate británico que tiene previsto llegar hoy por la tarde a la zona del mar de Barents, en cuyo fondo está varado el submarino nuclear ruso Kursk.La atención se centrará entonces en el minisumergible LR5, principal componente de la misión británica, que sus operadores describen como "un helicóptero submarino". Este revolucionario vehículo nunca ha operado en una emergencia real, pero participa regularmente en maniobras militares. Tripulado por dos pilotos y un especialista en salvamento, el LR5 intentará acoplarse a la torre del submarino ruso y tender una especie de esterilla hasta la escotilla de emergencia trasera. La delantera quedó bloqueada a consecuencia de la explosión.
El Ministerio británico de Defensa despejó ayer las dudas sobre la posible incompatibilidad con las escotillas del Kursk, similares, según un portavoz, a un modelo de submarino polaco con el que el minisumergible ha operado en el pasado. El portavoz señaló también que un temporal o mar de fondo no afectarán a su capacidad de maniobra.
Antes de poner en acción el sumergible, el equipo británico lanzará un vehículo submarino de reconocimiento, que viaja hacia el área del accidente a bordo del buque noruego Normand Pioneer. Este aparato, manejado por control remoto, puede desescombrar la zona alrededor de las escotillas. También viaja el buque noruego Seaway Wagle, que llegará el domingo con 12 buzos.
El Kursk está varado con un ángulo inferior a 20 grados. Su posición, de acuerdo con la Marina británica, aumenta las posibilidades de éxito de la misión de salvamento del minisumergible, cuya tripulación confía en poder abrir la escotilla desde el exterior del submarino nuclear y evacuar a 16 personas en cada inmersión. "Hay posibilidades de que todavía estén vivos", dijo ayer con optimismo Paul Beaver, portavoz de Jane's, una organización especializada en temas militares.Un equipo de tres médicos y técnicos rusos se sumará a la primera inmersión del LR5, provisto de botellas de oxígeno y aparatos para descontaminar la atmósfera, probablemente cargada de dióxido de carbono. Mientras, el comandante británico David Russell ayudará en la coordinación de la misión de rescate a bordo del crucero ruso Pedro el Grande. Blair conversó ayer con el presidente Vladímir Putin, al que transmitió su "gran inquietud" por las vidas de los 118 marinos. "Esto es una misión humanitaria", señaló un portavoz británico tras restar importancia al coste de la operación de rescate.
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