Una vacuna podría estar disponible antes de siete años
En 1999, Dale Schenk publicó el resultado de un experimento en ratones transgénicos, que le daría las pautas para aplicarlo a lo que puede ser la futura vacuna contra el Alzheimer: les inyectó el gen mutado del APP humano, precursor de la proteína amiloide que cuando forma placas en el cerebro son las principales culpables del mal. En el cuello de esos ratones aparecieron las lesiones propias del Alzheimer y en su comportamiento había desaparecido la capacidad de aprender.Entonces para corregir ésto lo que hizo Schenk fue, en lugar de usar técnicas de biotecnología, repitió un tratamiento tan clásico como la vacunación, cuya función es fabricar anticuerpos que fagociten las placas neuríticas o zonas lesionadas por el Alzheimer. El producto que utilizó fue la proteína amiloide, fabricada en su laboratorio. Tras inyectársela a los ratones sacrificó algunos a los seis y otros a los 12 meses, edad en la que un ratón puede ser considerado anciano. Y lo que observó en los cerebros de los de seis meses es que forman un número de placas notablemente inferior que los no vacunados y en los de 12, una cantidad aún menor.
Este experimento, publicado en Science, da paso a un ensayo clínico en 100 enfermos. Ahora está en la Fase I, la que comprueba su seguridad, inocuidad y tolerancia y sus resultados han sido muy buenos en 24 enfermos. "¿Campanas al vuelo?, no; ¿escepticismo?, tampoco", explica el neurólogo José Manuel Martínez Lage, director de la unidad de Alzheimer de la Clínica Universitaria de Navarra, que ha dirigido el curso Biología y patología del envejecimiento cerebral, en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander.
Tras la Fase I, que dura entre 6 o 8 meses, pasaría a la Fase II (de dos a tres años), que ya mide la eficacia según dosis. Después vendrá la Fase III, que mide la eficacia clínica comparada con los resultados de un placebo administrado al menos a 500 enfermos durante otros 2-3 años.
Faltaría salvar otro escollo para hablar de un tratamiento definitivo: el Alzheimer empieza a "trabajar" a partir de los 40 años en los que más adelante sufrirán el mal; por lo tanto, antes es necesario conocer quiénes van a ser los susceptibles de acabar enfermos para vacunarlos. Esto se podría saber en esta década, según Martínez Lage, con lo cual se aplicaría la vacuna, no como un tratamiento curativo, sino que "estaríamos hablando del milagro de la prevención". Si todo sale bien, en 7 años se beneficiarán medio millón de enfermos diagnosticados en España.
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