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PRIMERA REUNIÓN ENTRE AZNAR Y ZAPATERO

Aznar y Zapatero asumen que se debe construir una alternativa en Euskadi si el PNV no rectifica

José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero llegaron ayer a la conclusión de que los partidos que ambos dirigen, PP y PSOE, deberán construir una alternativa democrática al actual Gobierno nacionalista del País Vasco si el PNV no "rectifica a fondo" su posición actual en el Pacto de Estella. El presidente del Gobierno anticipó esta preocupación al nuevo líder del PSOE, y éste acabó asumiendo unas tesis "bastante cercanas" a las de Aznar, según corroboraron luego el propio Zapatero y el portavoz gubernamental, Pío Cabanillas. Rodríguez Zapatero, que todavía desea una reflexión autocrítica del PNV que le acerque al antiguo Pacto de Ajuria Enea, constató que esa marcha atrás parece difícil.

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La primera reunión formal entre el presidente del Gobierno y el nuevo líder del primer partido de la oposición duró casi dos horas y transcurrió, según ambas partes, en un ambiente "cordial y afable". No había agenda fijada, pero los asuntos sobre los que ambos tenían interés en conversar estaban muy claros y se confirmaron sin excepciones. La charla no profundizó hasta puntos muy concretos y se desarrolló sobre "el terreno de los principios generales".El jefe del Ejecutivo fue el primero que abordó la cuestión de la violencia terrorista de ETA en el País Vasco, algo que también llevaba Rodríguez Zapatero en el primer lugar de sus prioridades.

La mayor parte de la reunión, de hecho, se desarrolló sobre el drama y las consecuencias del terrorismo. Tanto Aznar como Rodríguez Zapatero reiteraron su mutua disposición inequívoca al diálogo y al consenso. El líder del PSOE reseñó luego, eso sí, que le había reclamado a Aznar "lealtad en la información, compartir los análisis y participar en la estrategia". Cabanillas, que compareció más tarde ante los medios de comunicación como portavoz del presidente del Gobierno, suscribió esas palabras del líder socialista.

Niveles de interlocución

Rodríguez Zapatero añadió que espera que, en los próximos meses se intensifique la relación y las conversaciones con el presidente del Gobierno sobre este asunto y también que se concreten otros niveles de interlocución entre el Ejecutivo y los socialistas. De hecho, Rodríguez Zapatero estudiaba ayer cómo diseñará en el futuro esa interlocución por parte del PSOE. El nuevo secretario general quiere mantener en sus puestos a dos de los actuales mediadores de su partido con el Gobierno sobre lucha antiterrorista: el secretario general del PSOE vasco, Nicolás Redondo Terreros; y el ex responsable de Comunicación del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba. Rodríguez Zapatero no ha tomado aún una decisión sobre la continuidad en esa delegación del ex ministro del Interior socialista Juan Alberto Belloch, algo que hará en las próximas horas.El nuevo líder socialista sí quiso dejar ayer muy nítido que la formación que dirige desde el pasado sábado no hará política partidista con esta materia del terrorismo. Y demandó de Aznar el mismo compromiso y, sobre todo, la misma discreción con la que piensa él abordar un asunto que calificó de problema de Estado.

Rodríguez Zapatero reveló que había compartido con Aznar la mayoría de sus análisis sobre el País Vasco. Además, en relación a la histórica comprensión de los socialistas hacia el PNV, quiso subrayar que para recuperar aquel buen clima hace falta un movimiento de regreso de los nacionalistas desde el Acuerdo de Estella -en el que los nacionalistas vascos se sientan junto a Euskal Herritarrok y otros colectivos y asociaciones de corte idependentista- hacia el fenecido Pacto de Ajuria Enea, en el que estaban todas las formaciones democráticas. "No puede haber un diálogo o acercamiento mientras el PNV no rectifique a fondo su posición en Estella", subrayó el líder socialista.

Principios generales

Cuando se le requirió a Rodríguez Zapatero sobre si Aznar le había llegado a plantear la necesidad de acordar un pacto electoral en el País Vasco entre PP y PSOE para que resulte elegido como lehendakari el candidato del partido más votado, el secretario general del PSOE rechazó que la conversación ente ambos hubiese alcanzado ese nivel de precisión. Y recordó su exigencia de discreción. Sí admitió que, en el intercambio de ideas, habían logrado un análisis "bastante cercano" aunque con "algunas interrogantes en el aire". Rodríguez Zapatero, en el fondo, aún persigue que el PNV regrese voluntariamente a sus antiguas relaciones políticas con los partidos no nacionalistas.El portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, reseñó que Aznar y Zapatero habían compartido sus posturas ya conocidas sobre la necesidad de la unión de los demócratas sobre las vías de la Constitución, el Estatuto de Gernika y el Estado de Derecho. Y destacó mucho que Aznar había formulado también la obligación de formar una "alternativa a la situación existente entre los dos partidos mayoritarios". Cabanillas aseguró que, tanto sobre "el concepto de alternativa" como sobre la estrategia de compartir lealtades, información y análisis, las posiciones de Aznar y Zapatero eran "más que cercanas".

Cabanillas hizo mucho hincapié en las manifestaciones de Zapatero en las que exigía al PNV una marcha atrás a sus alianzas radicales con los partidos de Estella y agregó: "Sí puedo hablar de comunidad de ideas y de similitudes sobre la necesidad de cambio y de plantear alternativas entre los partidos de oposición".

"Con un diálogo más intenso puedo ver al presidente hasta simpático"

José Luis Rodríguez Zapatero es un dirigente político al que le gusta emplear las palabras con mucha propiedad, medida y adecuada modulación. Ayer, tras estrenarse con su primera cita como líder del PSOE en La Moncloa con el presidente del Gobierno, algo que recordó varias veces a sus interlocutores en el palacio gubernamental, quiso ser exquisito de nuevo en su definición del encuentro. Se le preguntó si hubo química entre ambos y Rodríguez Zapatero contestó: "El diálogo ha estado bien, ¿no? Hasta creo que con un diálogo más intenso puedo ver al señor Aznar hasta más simpático en una próxima ocasión, cosa que no es ciertamente fácil como es conocido".Zapatero llegó a La Moncloa sobre las cinco de la tarde y Aznar salió a recibirle a la escalinata del Palacio donde recibe a las visitas oficiales. Zapatero se trastabilleó al querer saludar a los fotógrafos mientras subía los peldaños. Llegó acompañado de José Andrés Torres Mora, un amigo y trabajador del PSOE en el área ideológica que coordinó Ludolfo Paramio, que fue director del colegio mayor San Juan Evangelista y al que ha ofrecido ser su jefe de gabinete. Aznar le saludó y ambos entraron al salón, en el que estuvieron a solas casi dos horas y donde tomaron un refresco. Al concluir la cita, Aznar se encendió un buen puro y se encaminó a presidir la primera reunión de su Consejo de Política Exterior.

El secretario general del PSOE catalogó luego la conversación como "cordial y afable", el tono "aceptable" y constató que la receptividad de Aznar había propiciado "un clima razonable". Luego, cuando salió al paso el asunto de la química, soltó de manera natural lo de la simpatía de Aznar, algo que no agradó mucho a los principales colaboradores del presidente en La Moncloa. Cabanillas, de hecho, no quiso entrar a comentar una impresión personal de Aznar sobre el nuevo líder del PSOE por temor a que se entendiese como "paternalista". Se limitó a desear que fuera un interlocutor "estable y duradero". Aznar sí enfatizó que España necesita a un PSOE "como sujeto activo de la política del país".

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