Clinton intenta dar un empujón final a las negociaciones de paz de Camp David
Dos semanas después del comienzo de la cumbre de Camp David, la Casa Blanca trata de determinar en qué momento "más tiempo negociando es demasiado tiempo negociando", dijo ayer su portavoz. Israelíes y palestinos siguen enfrascados en la guerra mediática que mantienen en Jerusalén y en los aledaños de la residencia en la que siguen confinados Yasir Arafat y Ehud Barak. Bill Clinton mantiene reuniones constantes con los dos, pero siempre por separado. Fuentes diplomáticas aseguran que ninguno de los conflictos pendientes está cerrado y que apenas se avanza en la cuestión de Jerusalén.
Dudas sobre la agenda
Bill Clinton, se incorporó a las negociaciones de Camp David en la tarde del domingo y trabajó con las delegaciones hasta las cinco de la madrugada de ayer lunes. Tras unas pocas horas de sueño, según su portavoz, el presidente estadounidense volvió ayer a las tareas de mediación. "Clinton piensa que estar aquí, de momento, merece la pena", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart. La frase entremezcla las dos sensaciones que ayer trató de transmitir el equipo anfitrión: parece suficientemente esperanzador que la conversación no se rompa pero empieza a cundir la sensación de que el entendimiento es inalcanzable en esta ronda de contactos.
Lockhart se esforzó en repetir dos ideas: una, que las conversaciones siguen y son "constructivas"; dos, que el tiempo no es ilimitado. Clinton puede ausentarse hoy nuevamente para asistir a un funeral por un amigo en Arkansas. Miembros de la delegación que acompaña a los negociadores israelíes aseguraban ayer que el acuerdo, si llega, tiene que estar cerrado antes de que el presidente estadounidense se ausente nuevamente de Camp David.
Fuentes diplomáticas también aseguraron a EL PAÍS que el escenario más posible -si no hay ruptura drástica- sitúa el final de las conversaciones en el miércoles, con un anuncio formal el jueves por la mañana. Nada hace pensar que ese calendario puede retrasarse más de 24 horas.
"Es imposible predecir las posibilidades de un acuerdo", dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, que se negó a comunicar si Clinton ha vaciado su agenda de actividades para los próximos días. Según Lockhart, Clinton sólo extenderá la cumbre de Camp David "si, según su valoración, existen posibilidades realistas de llegar a un acuerdo". Lockhart argumentó que puede llegarse a un momento en el que más tiempo no sirva de nada: "Todos son conscientes de que debe haber un equilibrio entre el tiempo necesario para negociar algo y un tiempo excesivo que nunca conducirá a un acuerdo", aseguró. El bloqueo informativo persiste en Camp David, pero su efectividad va en paralelo con la proliferación de comentarios y valoraciones de los equipos negociadores a través de sus medios habituales. Shlomo Ben Ami, el colaborador más cercano de Barak y su ministro de Seguridad Pública, aseguró a la radio israelí que hoy "puede quedar claro cuál va a ser el resultado de la cumbre".
Tayib Abdel Rahim, uno de los colaboradores más cercanos de Yasir Arafat, insistió en que la solución "es fácil: que den soberanía completa sobre Jerusalén Este a un Estado palestino". Rahim garantizó que, llegado ese caso, convertirían Jerusalén "en una ciudad abierta para todas las religiones".
Fuentes palestinas aseguran que los movimientos diplomáticos en el Mundo Árabe también recuerdan constantemente a Arafat su obligación de mantener su exigencia sobre Jerusalén oriental. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, viajó ayer a Arabia Saudí para reunirse con el rey Fahd; también mantendrá contactos en los próximos días con el nuevo presidente sirio, Bachar el Asad, y con el rey Abdalá de Jordania. La delegación palestina en Camp David emplea estas informaciones para demostrar, según su interpretación, que Arafat no formula exigencias desmedidas sino que actúa como representante último del Mundo Árabe, presionado para recuperar la soberanía sobre Jerusalén oriental.
Las fuentes diplomáticas coinciden con las palestinas en la valoración de lo conseguido hasta ahora: en contra de lo que asegura la delegación israelí, sólo ha habido "avances significativos" en las discusiones sobre refugiados, reconocimiento de un Estado palestino y fronteras, pero todos estos conflictos siguen también abiertos. Al menos los tres días en los que Madeleine Albright ha hecho de canguro -como los ha definido un diplomático- han permitido que la cumbre cumpla hoy dos semanas.
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