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Los paramilitares cercan al ELN y ponen en jaque a los diálogos de paz

Guerra de acusaciones

Delegados de la sociedad civil, el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tratarán, desde mañana en Ginebra, de despejar el camino para poner en marcha el proceso de paz con este grupo guerrillero, el segundo más grande del país, pero el asedio de los paramilitares al campamento central del ELN hace temer por el éxito de este nuevo intento de reconciliación. Carlos Castaño, el máximo jefe paramilitar confirmó el viernes que tiene cercado, con 1.000 hombres, el campamento principal del ELN en la Serranía de San Lucas, lugar estratégico del municipio de San Pablo, al sur del departamento de Bolívar. "Les voy a demostrar a los señores del ELN que en San Lucas no tienen ya nada que hacer", dijo Castaño.

Los campesinos de la zona hablan de más de 70 muertos en los enfrentamientos, mientras Antonio García, el número dos del ELN, asegura desde Ginebra que hasta ayer tenían registradas las muertes de 14 paras y dos guerrilleros. Por su parte, los militares dicen no tener conocimiento de los choques.

El Diamante, un campamento de madera perdido en esa zona selvática, sirve de refugio a Nicolás Rodríguez, Gabino, máximo comandante del ELN. Allí estuvieron hace apenas una semana los embajadores de los cinco países amigos del proceso colombiano de paz (entre ellos el español Yago Pico de Coaña) para acordar los detalles del encuentro en Ginebra.

El jueves y el viernes se sucedieron los cruces de acusaciones y desmentidos entre el Gobierno y la guerrilla . "El proceso [de paz] con el ELN está en serio riesgo", advirtió Antonio García, y acusó al Ejecutivo de no actuar de manera "leal ni transparente" y de montar operaciones militares en la zona junto a los hombres de Castaño.El ministro del Interior desmintió al comandante insurgente y aseguró que en el sur de Bolívar "no hay combates". Desde que se consolidaron las organizaciones paramilitares en Colombia, a principios de la década pasada, las acusaciones al Gobierno y al Ejército de tolerar o apoyar a estos grupos han empeorado las relaciones entre los sucesivos gabinetes y las guerrillas.

Desde hace dos años, el ELN pide como zona de encuentro para realizar la Convención Nacional (un gran foro para discutir la solución al conflicto) cuatro municipios de Bolívar, incluido San Pablo. Esto supone el abandono de la zona por parte del Ejército. Con los ataques, los paras dejan claro que no permitirán el despeje militar de una zona que consideran suya. "Es importante que el ELN entienda de una vez por todas que su única opción es negociar en el exterior o ver la desaparición de su fuerza militar", advirtió Castaño.

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García le pidió al presidente Andrés Pastrana que aclarase de una vez si hay garantías para hablar de paz en territorio colombiano. "Habría que mirar quién es el mando estratégico, si Castaño o los generales. Llegó el momento de que se aclare quién está detrás del poder militar", dijo García.

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