Clinton y Putin acuerdan controlar más estrechamente la proliferación de misiles

Bill Clinton y Vladímir Putin se olvidaron ayer por un rato de sus divergencias sobre el proyecto estadounidense de guerra de las galaxias. En una declaración conjunta al término de una entrevista, aprovechando la cumbre del G-8, los líderes de las dos potencias se comprometieron a "buscar nuevas vías de cooperación para controlar la proliferación de misiles y la tecnología de misiles" y resueltos a "renovar y expandir la cooperación en el campo de la defensa de misiles tácticos" y a incluir a otros países en esa cooperación. Los misiles tácticos son cohetes de corto y medio alcance.

Rusia ofreció hace dos meses a la Alianza Atlántica trabajar conjuntamente en un sistema de escudos antimisiles de corto alcance como alternativa al multimillonario programa de defensa que proyecta el Pentágono para impedir acciones incontroladas de países como Corea del Norte, Irak o Irán.Rusia y China estiman que la puesta en marcha del escudo antimisiles significaría una violación del tratado de misiles antibalísticos ABM que Richard Nixon y Léonid Breznev firmaron en 1972. También la mayoría de los países de la Unión Europea se muestran muy reticentes.

Ayer, el presidente francés, Jacques Chirac, fue bastante explícito: "Mi país se opone claramente, porque, al margen del elevado coste y de ser técnicamente imprevisible, algo que corresponde juzgar a Estados Unidos, es un hecho que su aplicación podría reactivar la carrera de armamentos".

Los presidentes de Estados Unidos y Rusia charlaron a solas durante más de una hora, y también discutieron el futuro de Oriente Próximo, donde Moscú no renuncia a tener protagonismo. Y de la península coreana, respecto a la cual Washington considera positiva la propuesta de moratoria armamentística de Kim Jong Il, pero no llega a creérsela.

La reunión de ayer entre ambos mandatarios es la segunda desde la victoria electoral de Putin el pasado marzo.

Jacques Chirac será el único de los protagonistas de la cumbre que no se reúna con Putin por separado. El presidente francés aseguró ayer a la prensa que había sido él quien sugirió al nuevo dirigente ruso aplazar la cita para una mejor ocasión, "porque es necesario tener un diálogo profundo". Moscú se ha mostrado siempre muy irritado por la actitud beligerante de París sobe Chechenia.

Ayer, en la cena de trabajo se habló del nuevo horizonte que se abre en la península de Corea tras la reunión de los dirigentes del Sur y del Norte, de Oriente Próximo, de los Balcanes y Chipre. Pero ni una palabra sobre la delicada situación chechena. Los líderes felicitaron a Clinton por su determinación para lograr la paz entre palestinos e israelíes. "Todos están con él y le dieron apoyo moral", dijo una fuente oficial japonesa, para que las negociaciones de Camp David entre Ehud Barak y Yasir Arafat concluyan finalmente con éxito. Precisamente, la importancia de las conversaciones obligará a Clinton recortar su estancia en Japón.

Respecto a los Balcanes, Clinton pidió a Putin que frene en la medida de lo posible los objetivos aventureros del líder serbio, Slobodan Milosevic, para desestabilizar Montenegro.