Lluís Pasqual renuncia a dirigir el cambio del Teatre Lliure

El director Lluís Pasqual no conducirá el cambio del Teatre Lliure a su nueva sede, previsto para el año próximo. Pasqual, que se encuentra montando un espectáculo en Buenos Aires, ha hecho pública en una carta su decisión de abandonar la dirección del colectivo el próximo 31 de diciembre. El proyecto de renovación del Lliure, consustancial a su marcha de la histórica sede en el barrio barcelonés de Gràcia para ocupar un gran edificio cuya construcción ha costado 46.000 millones de pesetas, entra así en una etapa de incertidumbre al desconocerse quién liderará el cambio. La decisión de Pasqual se enmarca en una crisis motivada por el retraso en la entrega al Lliure de su nueva sede y, sobre todo, por la indefinición de las instituciones acerca de qué cantidades se comprometen a pagar para el funcionamiento de ésta. La decisión de dimitir de Pasqual -que ha tomado también el codirector del Lliure, Guillem-Jordi Graells- se ha dado a conocer tras unas declaraciones en las que el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Ferran Mascarell, criticaba su gestión y ponía en duda su validez para conducir el cambio del Lliure.

Mascarell afirmó que la nueva realidad del Lliure -un mayor desembolso por parte de las administraciones que lo subvencionan (Ayuntamiento, Generalitat de Cataluña, Diputación de Barcelona y Gobierno central)- exige una redefinición de las relaciones del colectivo con éstas. En concreto una mayor representación pública en los órganos de gobierno del Lliure y control económico. Pasqual y Mascarell han estado en conflicto permanente desde que el primero fue elegido por el entonces alcalde Pasqual Maragall -el nombramiento lo consumó el actual alcalde, Joan Clos- para proyectar la Ciutat del Teatre, un polo artístico en Montjuïc en el que coinciden diversos equipamientos, entre ellos el nuevo Teatre Lliure. Pasqual proyectó un gran centro de las artes del espectáculo en el que cada parte (el nuevo Lliure, el nuevo Institut del Teatre y el teatro municipal del Mercat de les Flors) funcionaban como un todo. Clos aprobó el proyecto, tal y como lo había concebido Pasqual, aunque no le encargó la puesta en marcha del mismo.