Democracia económica

(...) Puede afirmarse (...) sin temor a equívocos, que (...) los monopolios de poder han sido cuestionados por el ciudadano común. (...) El sistema democrático se fortaleció, con sus deficiencias y aciertos, logrando que el argentino medio consolidara como inalienable su derecho a elegir y a ejercer, de ese modo (...) cierto control sobre las políticas adoptadas. Ahora bien, en un país desarrollado, esto no es suficiente. Al control periódico por el ejercicio del voto debe sumarse el control económico ejercido por esos mismos ciudadanos, y por las instituciones creadas con ese fin. (...)

En la Argentina aún no se ha tomado conciencia cierta de esta distancia entre la democracia civil y la económica. (...) El caso más demostrativo es el de YPF. Hace aproximadamente un año (...) Repsol SA (...) se convertía en el nuevo propietario de casi el 100% del paquete accionario de la que fue la principal empresa argentina.

La autorización del Ministerio de Economía argentino para esta operación se otorgó en el marco de una serie de requerimientos a la nueva empresa Repsol-YPF SA, cuya condición expresa fue "que no se incremente la participación de mercado que hoy tiene YPF en sectores relevantes". (...) Repsol-YPF SA exhibe en nuestro país cifras récord de concentración y posición dominante. (...)

Una posición dominante en el mercado energético de la Argentina es un dato que debe preocupar a las autoridades y al ciudadano común. (...) Se trata de marchar hacia un mercado sin monopolios. (...)

Buenos Aires, 14 de julio