'Baserritarras' sin complejos

RETRATO ECONÓMICOMAITE ARISTEGI Siempre me he preguntado sobre la relación entre los datos macroeconómicos y la realidad social. Al menos en los dos últimos años se ha vendido desde el Departamento de Agricultura del Gobierno vasco una situación de bonanza por el aumento anual de la renta agraria basada en gran medida en los espectaculares precios del sector vitivinícola y en buena medida también del forestal. Junto a esto me cuestiono qué está ocurriendo en el conjunto de las explotaciones agrarias, en nuestra actividad socioeconómica como baserritarras. ¿Estamos generando empleo? ¿Se están instalando las jóvenes? ¿Tiene atractivo nuestra profesión? ¿Se reparte bien la riqueza socioeconómica que generamos y las ayudas que se nos conceden? ¿Está el cielo despejado o hay incertidumbre?

Cuando trato de responder a estas preguntas, cualquier semejanza con los datos macroeconómicos es pura ficción. Algo no cuadra. Y es difícil planificar el futuro, las estrategias y la política agraria en claves de consenso, cuando se parte de diagnósticos distintos. Que quede claro que en absoluto soy pesimista. Trato desde la realidad de saber dónde estamos y con ilusión, compromiso y eficacia, ofrecer alternativas.

En la era de la globalización, de la liberalización del comercio internacional a través de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de una Política Agraria Común (PAC) europea injusta e insolidaria con nuestro modelo de explotación no podemos permanecer de brazos cruzados. En ese sentido, no olvidamos fenómenos internacionales como la respuesta social en Seattle o la gran movilización de días pasados en Millau (Francia) con motivo del juicio contra el campesino francés José Bové, en los que EHNE ha tenido una participación activa . Ahora se trata de globalizar la esperanza. Y en este proceso nos tenemos que implicar con fuerza.

Sin embargo, la prioridad va a estar en nuestro trabajo en Euskal Herria, sabiendo complementar lo global con lo local. Un primer reto es contar con organizaciones agrarias fuertes e independientes, con una agricultura bien vertebrada social (sindicatos agrarios) y económicamente (cooperativas). Precisamos además un nuevo marco de relaciones con la Administración y un compromiso integral también desde la vertiente pública. En un panorama institucional y competencial tan complejo (Bruselas, Madrid, gobiernos vasco y navarro, Diputaciones, Ayuntamientos,...) es fundamental una buena coordinación y compromisos de distintos departamentos cara a optimizar los recursos y generar sinergias. Y acercar la agricultura y el medio rural a toda la sociedad, con una imagen más positiva, apostar por un escenario democrático y de paz para Euskal Herria, favorable sin duda para nuestro desarrollo socioeconómico. Nos ayudará a todos, y también a los baserritarras.

Maite Aristegi es secretaria general de EHNE