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La Mar de Músicas celebra la creatividad de Brasil

Conciertos, exposiciones y actividades culturales reúnen en Cartagena a artistas de todo el mundo

Diego A. Manrique

Los 500 años transcurridos desde la llegada de los portugueses a Brasil han sido la perfecta excusa. En Cartagena, el festival La Mar de Músicas ofrece, hasta el día 29, una completa muestra de música popular brasileña, complementada con exposiciones exclusivas de pintura y fotografía, talleres literarios, conferencias, pases de cine y vídeo, mercadillos y hasta cursos de capoeira. Junto a la representación brasileña, se ofrecen actuaciones de artistas llegados de todos los rincones del mundo, aparte de figuras españolas como Susana Seivane, Leilia, Los Activos y el esperadísimo José el Francés.

El festival La Mar de Músicas se ha integrado con naturalidad en la vida de Cartagena. Lejos ya los días en que la caboverdiana Cesárea Evora, aquejada de morriña, acudía al puerto después de su concierto y era recogida por la policía local. Son seis ediciones y ya se ha creado afición de base. Un artista como Chico César, que en Madrid atrae a unos pocos centenares de personas, convoca en Cartagena a más de 2.000 aficionados, atraídos por el buen recuerdo que dejó en su visita de 1998. Cierto que el auditorio del Parque Torres, con sus vistas a la bahía de la ciudad y esas bandadas de gaviotas que sobrevuelan el escenario, tiene mucho de mágico y el ambiente logra hermanar a músicos y público.Otras circunstancias contribuyen a potenciar estos conciertos. La agricultura murciana cuenta con abundante mano de obra magrebí y subsahariana; los artistas que proceden de esas zonas africanas se benefician de la presencia de un público entendido y agradecido, que se pone sus mejores galas para recibir a sus héroes. Su entusiasmo se contagia y evita ese molesto tufillo museístico de los festivales étnicos, donde muchas veces la atracción por los exotismos no llega a superar las barreras de comunicación. Además, Cartagena atrae a público de toda Europa, aparte de televisiones francesas o emisoras de radio españolas y británicas.

Con 90 millones de presupuesto, el festival programa unos 50 grupos y numerosas actividades paralelas. En 1999, la organización calculó que acudieron 45.000 espectadores, y este año, con el tirón de la potencia de la cultura brasileña, se espera superar esa cifra. Es la demostración de la implantación comercial de las llamadas "músicas del mundo". Francisco Martín, director del festival, recuerda que en sus inicios acudía al Womex, feria profesional del sector que se celebra en Alemania, "y no había más de 500 personas. Ahora, podemos ser unos 5.000 visitantes profesionales y la feria se ha desdoblado y se ha hecho itinerante; este año se celebra en Zaragoza bajo el título de Strictly Mundial".

La Mar de Músicas, que dedica cada edición a un país, busca también artistas in situ. "Este año hemos contado con la ayuda del Gobierno del Estado de Bahía, que nos ayudó a localizar lo más interesante que se hace por Brasil. El Museo de Arte Moderno de Salvador ha seleccionado a cinco artistas muy variados para la exposición Bahía ahora. Luego, coincide la salida en España de libros de João Silverio Trevisan, João Ubaldo Ribeiro y Arnaldo Antunes, y hemos conseguido que vengan a Cartagena a presentarlos en persona".

En lo musical, el festival atiende a la actualidad y el futuro de Brasil: "Sólo se nos escapó Caetano Veloso, al doblar de golpe sus exigencias económicas, pero montamos un espectáculo exclusivo, Voces de Bahía, con Margareth Menezes, Silvia Torres y otros. También es novedad la noche del mangue beat, una música todavía desconocida en Europa. La verdad es que los brasileños están encantados y ha habido gestos maravillosos: Sebastião Salgado vende copias de las fotos de su exposición por un precio muy asequible, 3.000 pesetas, destinando los beneficios al Movimiento de los Sin Tierra".

Promesas y sorpresas

Fuera del universo brasileño, La Mar de Músicas también tiene un menú valioso. El compositor Joan Valent estrena su Mar de mares con la Sinfónica de Murcia y Maria del Mar Bonet como vocalista invitada (mañana). Las dos agrupaciones punteras del exilio musical cubano en Europa, Orishas y P-18, coinciden en Cartagena el viernes 21. Y, siempre, la posibilidad de la magia. Zeca Baleiro, que actuó el martes 4, se encontró imposibilitado de utilizar sus samplers. Sin las máquinas, Baleiro se creció y desarrolló un irresistible concierto, que terminó con un bis improvisado de media hora. También puede ocurrir que, hacia las cuatro de la madrugada, al final de las sesiones de baile animadas por DJ's especializados, el público quiera prolongar la fiesta y se monten descargas de percusión que se prolongan mientras el cuerpo aguante.Fiesta

Los asistentes a este tipo de festival gustan de las músicas más carnales y festivas. El pasado viernes dio un concierto la africana Angelique Kidjo, estrella internacional de la world music, pero su sonido sofisticado, con abundancia de baladas e invocaciones a la fraternidad mundial, no llegó a seducir al público.

Por el contrario, a continuación actuó el grupo franco-marroquí Sawt el Atlas, prácticamente desconocidos, y lograron que los asistentes disfrutaran enormemente. En su próxima visita serán estrellas de La Mar de Músicas.

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