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Roma desfila ante el actor Vittorio Gassman para darle su último y emotivo adiós

El cardenal Tonini subrayó que no se atrevía a hablar de una posible "conversión" del intérprete

No hubo multitudes ayer en la capilla ardiente donde quedó expuesto todo el día el cuerpo del actor italiano Vittorio Gassman, muerto el jueves a los 77 años. Por la sala del Ayuntamiento de Roma donde fue colocado el féretro desfilaron actores, como Alberto Sordi y Stefania Sandrelli; el presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi; el alcalde de Roma, Francesco Rutelli, y centenares de romanos. El actor Carmelo Bene se despidió de Gassman con un artículo provocador publicado en la prensa local donde decía: "Llevaba muerto 20 años". Gassman será incinerado hoy.

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Italia desbordaba ayer satisfacción por los cuatro costados después del éxito de la selección nacional de fútbol en el campeonato de Europa 2000. Tanta, que la muerte de uno de los grandes actores de la etapa dorada del cine nacional no podía alterar la voluntad festiva de la masa. Informativos de televisión y de radio y los grandes diarios del país intentaron un equilibrio, un tanto forzado, entre las dos grandes noticias de la jornada. Ayer, definitivamente, triunfó el fútbol, como había triunfado la noche del jueves. Aun así, los romanos despidieron con discreto afecto al actor (que será incinerado hoy tras un funeral en la iglesia de San Gregorio en la colina del Celio), cuyo féretro atravesó por la mañana la Vía del Corso, desde su domicilio junto a Piazza del Popolo, hasta Piazza Venezia, donde se alza la colina del Campidoglio, sede del Ayuntamiento.

El homenaje más a contracorriente se lo rindió otro actor, Carmelo Bene, en un artículo publicado ayer por el diario romano Il Messaggero. En él, Bene comenzaba diciendo: "Me alegro de que haya muerto, y sé que oírme decir esto le habría puesto de buen humor". "De Vittorio no han comprendido nunca nada, era demasiado inteligente para ser actor". Bene continúa explicando el porqué del tormento de la depresión que atenazaba a Gassman: "Nunca aceptó la indecencia de envejecer". La conclusión está clara, a juicio de Bene: "Llevaba muerto al menos 20 años, desde que le salió la primera arruga. Todos arrastramos una existencia de más, en su caso, al menos dos". Y en cuanto a lo profesional: "No le interesaba la interpretación, por eso me interesaba. Sin él no habría llegado a ser actor". "Era un fuera de clase de lo inauténtico", un actor "que no creyó nunca en lo que hacía".

Hubo también homenajes tradicionales como el de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, que recordaron la enorme aportación de Gassman al cine, y los comentarios calurosos de personalidades de la vida pública italiana, como el del presidente honorario de Fiat, Giovanni Agnelli. "Lo conocí cuando era un joven actor de teatro que actuaba bajo la dirección de Luchino Visconti. Luego vino aquella gran película Arroz amargo". Desde el principio estaba claro que llegaría a ser el gran actor que fue", dijo Agnelli.

El cardenal Ersilio Tonini, testigo de la audiencia que concedió recientemente el Papa a Gassman, precisó ayer: "No me atrevería a hablar de conversión", refiriéndose a los comentarios sobre el regreso a la fe católica de Gassman. "Creo que al final se había producido en él un redescubrimiento de antiguos valores, nada más".

La prensa italiana dedicó amplia cobertura a la noticia de la desaparición de Gassman, con decenas de artículos de amigos y colaboradores. El actor, según declaró uno de sus hijos y también actor, Alessandro, se encontraba en excelente forma física. Otra cosa era su estado anímico. Desde 1981 luchaba desesperadamente contra la depresión sin que ningún tratamiento fuera efectivo. Aun así, declaraba Alessandro: "No pensábamos que pudiera morir tan de repente, pese a que desde hace tiempo veíamos llegar el final".

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