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Aznar pide al Gobierno de China "gestos" que demuestren avances en derechos humanos

Miguel González

José María Aznar ha abordado la situación de los derechos humanos en China tanto con su homólogo Zhu Rongji como en la audiencia que mantuvo ayer con el presidente de la República Popular, Jiang Zemin, con la que puso fin a sus contactos con la cúpula política china, si bien hasta el jueves permanece en el país asiático. A cambio de su "diálogo constructivo", en el que Aznar dijo que sería "muy bueno" realizar algunos avances en materia de derechos humanos, Pekín promete apoyar la pretensión española de ocupar uno de los asientos no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en 2003-2004 y propiciar la presencia española en la pujante economía del gigante asiático.

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El Gobierno español espera que el chino haga un "gesto" de buena voluntad y libere en breve a Wang Zuofeng, quien vivió en Valencia 15 años y fue detenido tras regresar a China en noviembre de 1998 y condenado a cuatro años de cárcel. Aznar aseguró que ha realizado "gestiones lo más discretas e intensas posibles" en favor del único disidente chino apadrinado por España. "Espero que estas gestiones puedan producir algún resultado positivo", afirmó Aznar en la rueda de prensa en solitario -los mandatarios chinos no suelen someterse a las preguntas de los periodistas extranjeros- en la residencia oficial de Diaoyutai, donde se ha alojado durante su estancia de tres días en Pekín.El presidente español planteó este caso a Rongji durante la cena que le ofreció el domingo por la noche. Fuentes de la delegación española explicaron que fue en esa conversación en la que se abordaron los asuntos más espinosos, ya que el clima era mucho mejor que durante la reunión plenaria celebrada horas antes por las dos delegaciones. Según las mismas fuentes, Rongji "tomó nota" del interés español por Zuofeng y mantuvo una actitud receptiva. Aznar le hizo notar que el disidente ya ha cumplido casi la mitad de la pena, lo que facilita que su excarcelación no aparezca como una cesión.

"Diálogo constructivo"

Pero el presidente español eludió ofrecer detalles de las conversaciones alegando que, "en temas delicados, los diálogos más útiles exigen un margen de confidencialidad". "España siempre ha apostado por el diálogo constructivo y no por una política de confrontación, porque nos parece que produce mejores resultados", aseguró, aunque no fue ésa inicialmente la línea del Gobierno del PP con el régimen de Fidel Castro en Cuba.

Sí subrayó que "la defensa y el respeto a los derechos humanos y a los valores democráticos" forman parte de la "acción permanente" de la diplomacia española, tanto a nivel bilateral como en el marco de la Unión Europea, cuyas directrices hacia China está obligada a cumplir. Aznar acabó concretando que había trasladado a sus interlocutores que "sería muy bueno" que China ratificase cuanto antes los pactos que ya ha firmado sobre derechos civiles, políticos, sociales y económicos en 1996, que desarrollan la carta de derechos humanos de la ONU, y que "sería una buena noticia" que llegase a un acuerdo para colaborar con la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Mary Robinson.

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La situación del Tíbet, ocupado por China desde 1959, también fue objeto de comentarios, según Aznar. "Se plantearon todas las cuestiones con total normalidad y las reacciones también fueron normales en todos los casos, aunque podamos tener las lógicas divergencias", explicó. El contencioso del Tíbet, según fuentes de la delegación española, se abordó de manera muy genérica, aludiendo a la organización territorial de China y sin obtener respuesta clara. España considera que este territorio forma parte de China y carece del derecho de autodeterminación, aunque desearía un mayor respeto a la cultura tibetana y se daría por satisfecha con alguna forma de autonomía.

El presidente español no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de que la apertura económica china conduzca a reformas políticas, limitándose a recordar el compromiso de Zemin de instaurar un Estado de derecho en 2010. "Personalmente entiendo que los cambios económicos y sociales siempre traen consigo consecuencias de carácter político", auguró. Al interés de Aznar por la opinión de sus anfitriones sobre la reciente cumbre entre las dos Coreas se respondió sacando a colación el futuro de Taiwan, a cuya independencia se opone España en línea con la posición china.

La presencia española en China tiene su continuidad asegurada con la visita del Príncipe de Asturias en noviembre para inaugurar una exposición de empresas españolas dedicadas a la vivienda.

La venta de la marca España

La penetración económica española en China, que Aznar se ha marcado como una de las prioridades de su política exterior, viene acompañada de una orquestada ofensiva cultural. El presidente español clausuró ayer una exposición de Salvador Dalí en la Galería Nacional de Bellas Artes de Pekín, por la que han pasado 80.000 personas, según los organizadores de la muestra de una veintena de óleos y grabados cedidos por la Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueras. Por la tarde, el presidente asistió a la actuación del bailarín Joaquín Cortés. Es verdad que a este último espectáculo sólo pudieron acudir 1.600 personas por rigurosa invitación, pero el embajador español en Pekín, Eugenio Bregolat, confía en que su eco se multiplique cuando la televisión estatal lo difunda. Manuel Gutiérrez Aragón, presidente de la Sociedad General de Autores de España (SGAE), asegura que ha tenido que hacer un ingente esfuerzo, que no quiere cuantificar, para traer a Cortés a Pekín, pero está convencido de la rentabilidad de la operación.

Bregolat y Aragón creen que la cultura española cuenta con una ventaja sobre la mayoría: disponer de una marca propia, de unas carácterísticas absolutamente identificables en cualquier lugar del mundo. Y los publicistas saben cuánto cuesta eso.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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