El veto de Cataluña y Aragón

Las dos únicas leyes de parejas de hecho aprobadas en España niegan a las de homosexuales la posibilidad de adoptar un niño. Tanto la pionera ley catalana, aprobada en octubre de 1998, como la aragonesa del año siguiente, vetan esta vía, que está abierta para los solteros. De esta forma un homosexual o una lesbiana, a título individual podría en teoría adoptar a un menor, "aunque en la práctica resulta imposible", subraya Boti G. Rodrigo, de la Coordinadora de Gays y Lesbianas de Madrid. Izquierda Unida (IU) defendió en el Parlamento aragonés que las parejas homosexuales pudieran adoptar. Pero perdió. Esta situación deja a las parejas homosexuales por detrás, en cuanto a derechos, no sólo de los matrimonios sino también de las uniones heterosexuales que sin pasar por el juzgado o la vicaría para formalizar su relación sí que son candidatas para la adopción.

Otras comunidades han abierto la mano en las leyes de menores para que estas parejas puedan participar de una experiencia similar: el acogimiento familiar, que es casi siempre transitorio. La Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Baleares lo han hecho así. La información que ofrece la Comunidad de Madrid en Internet no dice nada al respecto, si bien asegura que "tendrán preferencia los matrimonios y el hombre y la mujer integrantes de una pareja unida de forma permanente". Y el titular del Departamento de Justicia del Gobierno vasco, Sabin Intxaurraga, de Eusko Alkartasuna, trabaja en un borrador de ley de parejas de hecho que incluirá el acogimiento por parte de parejas homosexuales, pero el texto no cuenta con el apoyo del PNV.

Una ley de parejas de hecho es un paso adelante, pero no la solución, dicen las asociaciones. Los intentos de ámbito estatal han fracasado y, hasta ayer, las autonómicas que son realidad, no han reconocido dos de sus grandes demandas: el matrimonio y la adopción.